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((**Es6.447**) ropa, zapatos y otros objetos personales, y él, de ser así, hablaba o escribía a alguna rica dama para que le proveyese. Para otros muchachos o clérigos, el mismo don Bosco buscaba protectores que abonasen por ellos alguna pensión también en el Seminario. >>Cuando encontraba a un muchacho afligido por una grave enfermedad o por la muerte de su padre, lo consolaba diciéndole: >>-De hoy en adelante, yo te haré de padre. >>Y a un clérigo ya inscrito en la Pía Sociedad, que hecho un mar de lágrimas y siendo ya huérfano de padre fue a anunciarle el fallecimiento de su madre, le calmó con estas palabras: >>-No lo dudes, la Congregación será tu madre>>. íBendito don Bosco! Su caridad recreaba al espíritu, alimentaba al alma, nutría y daba fuerzas al cuerpo, de modo que pueden referirse a él las palabras de los Proverbios: -El corazón del sabio está atento a su boca, y aumenta el saber de sus labios. Palabras suaves, panal de miel: dulces al alma, saludables al cuerpo. 1 1 Proverbios XVI, 23, 24. (**Es6.447**))
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