Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es6.406**) fuerzas, para aliviar las calamidades públicas. Ofrecíase de buen grado, cuando se necesitaba de su colaboración ((**It6.540**)) en ciertos momentos para servir a personajes constituidos en dignidad, mientras no quedara comprometida su conciencia y su carácter sacerdotal. De esto fue muchas veces sabedor don Miguel Rúa. Mandaba rezar <> (por los reyes y por todos los que ocupan altos cargos para que llevemos una vida reposada y tranquila) 1. <> Y rezaba por su augusto y legítimo Soberano, por la familia real y por todos los miembros del gobierno a fin de que Dios les concediera las luces y las fuerzas necesarias a quien está al frente de los intereses públicos. Pero él no se metía en cuestiones de confederaciones itálicas, de intervenciones extranjeras ni de formas de gobierno. Exhortaba a los clérigos a no ocuparse de la política, ni a aparecer en público con diarios que tratasen de esta materia; y guardaba y hacía observar otras prudentes precauciones semejantes. Era muy cauteloso en las obras impresas, que se publicaban con su nombre y bajo su responsabilidad, suprimiendo toda expresión, que pudiera dar motivo a malas interpretaciones, y exponía la razón de tales precauciones. -íEstamos en tiempos muy difíciles! Los adversarios tienen la espada en la mano y de un solo tajo pueden quitarnos la posibilidad de hacer el bien. A pesar de todo, ni la leal sumisión a las leyes justas de su patria, ni las necesarias medidas, que tomó guiado por una sabia prudencia, le substrajeron de los golpes del partido sectario. Era notoria su grande e ilimitada adhesión a la Santa Sede y a cuanto sirviese para promoverla entre los fieles. Por esto fue considerado como uno de los jefes del partido católico y se temió que pudiera estorbar los nuevos ((**It6.541**)) ataques que se planeaban contra el Papa. De aquí la guerra que se le declaró el año 1860; y don Bosco pudo repetir con razón al Señor las palabras del salmo dieciséis: Propter verba labiorum tuorum ego custodivi vias duras (La palabra de tus labios he guardado por las sendas trazadas)2. En el ánimo de algunos hombres del Gobierno, a pesar de sus magníficas obras, que causaban admiración y le habían ganado el favor de muchos de los llamados liberales, se habían despertado 1 1.¦ a Timoteo, II.2. 2 Salmos, XVII, 4. (**Es6.406**))
<Anterior: 6. 405><Siguiente: 6. 407>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com