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CAPITULO XXXVIII
REGRESO DE DON BOSCO A TURIN -UN JOVEN MORIBUNDO
EN EL HOSPITAL SE RECOBRA AL APROXIMARSE DON BOSCO
Y SE CONFIESA -LA ORACION ACTIVA -DON BOSCO DESEA
TENER SACERDOTES PARA LOS PRESOS -UNA HOZ PARA EL
CLERIGO RUFFINO -ESTAMOS SOLO AL COMIENZO DE LOS
MALES: VEJAMENES CONTRA EL CLERO EN LOS ESTADOS
ANEXIONADOS -EL CARDENAL CORSI PRISIONERO EN TURIN
Y SU COLOQUIO CON DON BOSCO -UN ALUMNO NECESITA
PREPARARSE PARA MORIR -CARTA DE PIO IX A DON BOSCO
-LECTURAS CATOLICAS
ERAN muchos los que esperaban en Turín a don
Bosco. Dedúcese esto de las cartas que se
conservan y entre ellas una del ilustre literato
padre M. Conobbio de los Barnabitas de Moncalieri,
que cuando le escribía se firmaba: Afectísimo
hijo. Deseaba un favor que le interesaba mucho y
que no le fue negado.
Mientras estaba en Bérgamo sufrieron una grave
desgracia dos jóvenes, antiguos alumnos del
Oratorio, de donde hacía algún tiempo habían
salido para aprender el oficio de albañil.
Un día se vino abajo la bóveda recién terminada
de una casa en construcción y los dos jóvenes
quedaron sepultados entre los escombros. Uno fue
extraído ((**It6.530**)) ya
cadáver; el otro, con la cabeza fracturada,
privado de los sentidos y del habla, fue llevado
al hospital de Cottolengo. Allí seguía en su
triste mudez y sin el menor indicio de entender lo
que se le decía.
El 14 de mayo fue don Bosco al hospital; hacía
ya una semana que el joven yacía en una de las
salas en aquel estado; pero, apenas entró don
Bosco en ella, recobróse el enfermo, lo vio cuando
todavía estaba lejos y, haciendo un esfuerzo,
gritó en alta voz diciendo:
-íDon Bosco! íDon Bosco!
Todos los circunstantes quedaron extrañados. Un
capuchino, que se encontraba en la sala, contó que
aquel joven no había pronunciado una palabra desde
el momento de la caída hasta entonces.
Acercósele don Bosco y el joven quiso
confesarse inmediatamente. Lo escuchó, lo
absolvió, le dijo unas palabras que serenaron su
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