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seminaristas y en seguida nos hicimos amigos.
Fuimos después a cenar. A continuación les dirigí
una platiquita y por fin fui a dormir, como lo
vais a hacer también vosotros esta noche. Buenas
noches.
Hasta aquí don Bosco.
((**It6.527**))
Añadiremos nosotros lo que don Bosco no dijo a los
muchachos. También había estado en Chiuduno, cuyo
párroco José Calvi había provocado contra sí, por
su celo, las iras de los malos. Al volver a casa
de monseñor Speranza, diole cuenta del resultado
de la misión que le había confiado y de las
oposiciones que podría encontrar don Fernando
Bagini. Su encarcelamiento era debido
especialmente a las reiteradas acusaciones de
cierto sacerdote depravado, a quien el obispo
mandó, una vez descubierta la trama, so pena de
suspensión, salir en el plazo de pocas horas del
término parroquial de Terno.
También habló don Bosco con el Obispo de su
visita a los seminaristas y él mismo le propuso
volver al año siguiente para predicar los
ejercicios en el seminario de Bérgamo. Su
ofrecimiento fue aceptado con satisfacción, que
celebraron los seminaristas. Don Bosco les había
dirigido en Bottanuco palabras tan dulces y
consoladoras que todos quedaron entusiasmados y
advirtieron la santidad y sabiduría con que había
enriquecido el Señor a su siervo.
Expuso don Bosco a Monseñor el proyecto de
preparar maestros y profesores para su diócesis,
enviando sacerdotes y seminaristas a examinarse
para obtener el mayor número posible de títulos
académicos. El obispo, que era de parecer
contrario e intransigente en todo lo que concernía
a su jurisdicción, contestó que su conciencia no
le permitía doblegarse de manera alguna ante los
perseguidores de la Iglesia. Sin embargo, no
dejaba de reconocer las ventajas de aquel
proyecto. Quedó pensativo y durante la comida
volvió a entablar conversación con don Bosco sobre
el asunto y le expuso que no creía lícito someter
a sus sacerdotes a la inspección secular para ser
profesores y maestros, que pertenecía a los
obispos dirigir la instrucción del pueblo y no
podían ellos renunciar a sus derechos.
((**It6.528**)) Don
Bosco replicó:
-Diré pocas palabras para no entrar en
polémicas. O los pastores de la Iglesia se lanzan
a primera línea y vuelven a tener en sus manos,
por este medio, la instrucción de la juventud,
tomando la delantera a los seglares y consiguiendo
que las cosas marchen por buen camino, o se
retiran y quedan inactivos, y entonces, dentro de
diez años habrá triunfado la impiedad en las
escuelas.
Creía el obispo, como otros muchos, que aquella
revolución era
(**Es6.396**))
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