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Aquel señor, sin enojarse, contestó fríamente:
-Haga como le plazca.
Entonces don Bosco llamó al chico:
-íAlberto!
Y él replicó:
-Por qué llama a mi hijo?
-Quiero que diga conmigo una avemaría por su
papá.
-No hace falta... No se moleste.
Pero don Bosco volvió a llamar:
-íAlberto!
Llegó el chico y le dijo don Bosco:
-Escucha, Alberto; recemos una avemaría por tu
papá. Mira, está malo, muy malo, y es preciso que
Dios te lo conserve. Qué harías tú si lo
perdieras? Quedarías solo, abandonado, sin tu
primero y más querido amigo, sin ((**It6.36**)) tu
apoyo, sin tu fiel consejero. íCuántas ocasiones
en medio del mundo, cuántos compañeros desleales,
cuántos libros malos encontrarías con peligro para
tu inocencia! Nadie te alertaría, nadie te
alargaría la mano para socorrerte. Tu
inexperiencia te llevaría a dar algún mal paso.
íPobre Alberto! Y después, en punto de muerte,
ícuántos remordimientos por no haber tenido a tu
lado quien te hiciera de ángel custodio! Y en la
eternidad, ítal vez tuvieras que estar separado
para siempre de tu padre!
Vertía estas y parecidas ideas con frases
breves, prudentes, enérgicas; hablaba al hijo para
que entendiera el padre. Contaba lo que le había
sucedido al mismo enfermo, huérfano desde la
niñez, haciendo un compendio de su vida. Alberto
lloraba, el padre se contenía, pero se veía que
estaba hondamente conmovido. Don Bosco acabó
diciendo:
-Ea, pongámonos de rodillas y recemos no una,
sino tres avemarías.
Luego mandó al chico que se retirara y dijo al
enfermo:
-Santígüese.
Hizo el enfermo la señal de la cruz con
indiferencia y don Bosco le dio la bendición. Y
pasó después a preguntarle con naturalidad por sus
estudios, por los cargos que había ocupado,
haciéndole hablar de los años de su adolescencia,
de su juventud, de su edad madura. Comenzó el
enfermo a soltar alguna confidencia y don Bosco,
sin dar muestras de que investigaba, bromeando y
compadeciendo las flaquezas humanas, arrancó de
sus labios cuanto bastaba para formarse un somero
juicio del estado de su alma. Entonces, viéndolo
muy cansado, le dijo:(**Es6.39**))
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