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Léese en la Crónica de Bonetti: <>-Queridos hijos míos, si practicáis estas
recomendaciones, os aseguro que el demonio se
declarará en quiebra>>.
Con los ejercicios espirituales comenzó el mes
consagrado a la Virgen. En este mes, según el
testimonio del canónigo Ballesio, proponía don
Bosco una flor espiritual para todo el mes y otra
particular cada noche para el día siguiente. Estas
florecillas eran diligentemente observadas, con
gran provecho para los muchachos y la disciplina
de la casa.
Mientras don Bosco educaba para la virtud el
espíritu de sus alumnos, Garibaldi reunía sus
voluntarios y con mil de ellos arrebató con
simulada violencia dos barcos a la sociedad
Rubattino, y se embarcó en Quarto, en las
proximidades de Génova, el 5 de mayo. Cavour le
suministraba secretamente armas y dinero.
Protegido por barcos de guerra ingleses, arribaba
el 11 de mayo a ((**It6.514**))
Marsala. Se sublevaba Sicilia, soliviantada por
muchos emisarios; los soldados del rey de Nápoles,
amedrentados o traicionados, se dejaban vencer en
Calatafimi, Palermo y Milazzo. Y el 28 de julio
podía entrar Garibaldi en Mesina. Los barcos de
guerra napolitanos fueron entregados por sus
comandantes al almirante piamontés Persano.
Francisco II, rey de Nápoles, era demasiado débil
e inexperto frente a tantos como conspiraban
contra su trono.
Entre tanto, viéndose, por indicios bastante
claros, que la guerra iría a parar contra el Papa,
afluían a Roma generosos jóvenes de diversas
naciones, y muchos de la alta nobleza francesa y
belga, para enrolarse en su defensa en el ejército
pontificio. También algunos piamonteses se
trasladaron a Roma para alistarse bajo aquellas
banderas, pero no fueron admitidos. Díjoles el
cardenal Antonelli que pidieran una carta de
recomendación a don Bosco.
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