((**Es6.370**)
3. Cada socio se preocupará de impedir la
lectura de libros malos a sus dependientes y a
todos aquéllos de quienes se pueda, a su juicio,
sacar alguna ventaja.
4. Todos pueden formar parte de esta sociedad.
Pero se invita a cada uno a aportar anualmente la
contribución que, en la medida de su caridad,
estimará más a propósito, con tal de que no sea
inferior a dos liras.
5. Cada socio procurará determinar alguna
localidad o grupo de personas, entre las cuales
pueda difundir buenas lecturas e impedir la
distribución de las malas.
6. No se imprimirán libros sin la revisión
eclesiástica; ni tampoco se llevará a efecto este
plan de reglamento sin antes ser aprobado por el
Superior Eclesiástico.
7. La Sociedad está representada por una
dirección compuesta de presidente,
vice-presidente, secretario y cuatro consejeros;
esta misma dirección á a los miembros que cesaren.
Una vez constituida la Sociedad, buscó en el
año 1860 personas que supliesen los gastos de
imprenta con sus donativos. Preparó después
cuadernos donde los socios debían anotar las
suscripciones de los bienhechores. Cada folio
llevaba el sello del Oratorio. Todavía existen
algunos con la suscripción y la cantidad entregada
por don José Cafasso, el caballero Carlos Giriodi,
el conde Aleramo Bosco, ((**It6.489**)) Cándida
Bosco, teólogo Juan Bautista Bertagna, teólogo
Félix Golzio, condesa Bosco apellidada Riccardo,
condesa Casazza, Teresa Racca, presbítero P.
Vallauri, conde Víctor Francesetti, abogado
Viglietti Professore, el vicario foráneo de
Frebola Soprana, el barón Cantono de Ceva y otros
más.
Estos cuadernos llevaban manuscrito en su
segundo folio el siguiente prólogo o circular:
Donativos para la difusión de libros buenos.
El año pasado se asociaron algunas buenas
personas con el fin de recoger donativos,
destinados a repartir libros buenos en los
hospitales, especialmente a los militares. Todo
resultó bastante bien; se recogieron muchos libros
malos que fueron pasto de las llamas, y se
substituyeron por otros buenos.
Continúa al presente una campaña de propaganda
de impresos perversos, y son muchos los sacerdotes
y religiosos predicadores de cuaresma, triduos y
ejercicios espirituales, como también otros
párrocos y sacerdotes que, queriendo oponerse al
mal creciente, piden libros religiosos u otros
objetos de devoción para repartirlos
provechosamente en las lecciones de catecismo y en
muchas otras ocasiones, pero carecen de medios
para adquirirlos.
Con tal motivo acudimos a la caridad de los
católicos y les invitamos a tomar parte en esta
buena obra y a inscribirse por la cantidad que les
parezca oportuna de acuerdo con las necesidades de
estos tiempos. El que suscribe, junto con otros
sacerdotes, se industriará para atender los
diversos pedidos que se hacen sobre el particular.
Dios Nuestro Señor no dejará de compensar con
largueza lo que se hace en favor de nuestra santa
religión católica.
Turín, 6 de marzo de 1860.
JUAN BOSCO, Pbro.
(**Es6.370**))
<Anterior: 6. 369><Siguiente: 6. 371>