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CAPITULO XXVII
INDULGENCIA PLENARIA PARA UN SANTUARIO EN
CASELETTE -PALABRAS DE DON BOSCO A LOS MUCHACHOS
SOBRE EL AÑO QUE TERMINA -RECUERDOS A TODA LA
COMUNIDAD -LA ULTIMA NOCHE DEL AÑO -ALUMNOS
FALLECIDOS DURANTE EL AÑO 1859 -AGUINALDOS
PERSONALES DE DON BOSCO A SUS ALUMNOS Y DE ESTOS A
EL
AL celebrar la misa de Nochebuena no olvidó don
Bosco a ninguno de sus bienhechores, contando
entre los primeros al conde Carlos Cays.
Proporcionábale así una ansiada y viva
satisfacción.
En la orilla izquierda del río Dora Riparia,
hacia la mitad de la ladera del monte Asinaro, se
asienta el pueblo de Caselette con el castillo del
conde Cays. En tiempos antiquísimos habíase
levantado allí una capilla en honor del niño
Habacuc, de su hermano Audifaz y de sus padres
Mario y Marta, mártires de la nobleza persa. Fue
restaurada y ampliada en 1817, y decorada y
ampliada en 1851 y en 1855 merced a las
aportaciones de las Reinas y de todo el pueblo. En
1856 se levantaron a lo largo del camino, que
conducía al santuario, quince capillitas con
pinturas de los misterios del Vía Crucis y del
Santo Rosario. Estos mártires eran tenidos como
protectores especiales contra las fiebres y
obraban maravillosos portentos en favor de los que
los invocaban.
((**It6.361**)) El
Conde, para favorecer al ayuntamiento de
Caselette, había insistido a don Bosco para que
suplicase al Papa que concediera una indulgencia
plenaria a todos los que el día diecinueve de
enero, desde las primeras vísperas hasta la caída
del sol del mismo día, visitaran dicha capilla.
Pío IX otorgó la indulgencia con las condiciones
de costumbre, con fecha 20 de diciemre de 1859, y
mandó transmitir el Rescripto a don Bosco. El día
veintinueve de diciembre el Vicario
(**Es6.276**))
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