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nuestro, aunque sea de escasísimo valor, como por
ejemplo una hoja, una plumilla, un lápiz,
dejémoslo donde está. Necesitáis una cosa en aquel
momento? Pedírsela a los compañeros; son
suficientemente atentos para dárosla. Por lo
demás, están los superiores; ellos os
proporcionarán lo que os hace falta.
18 de diciembre
Si alguien os dijera:
-Eres un ganapán, un limpiabotas, un
destripaterrones, un chapucero, os daríais por
ofendidos y con razón. Sin embargo, mientras
algunos Protestarían Por semejantes títulos, no se
ruborizan de aparecer merecedores de los mismos
con los hechos, soltando ciertas palabras que sólo
las dicen los carreteros, los mozos de cuerda y
gente de esa ralea; porque ((**It6.355**))
accidenti, contacc, va sulla forca, etc. 1, son
palabras que dejan mala impresión en los que las
oyen. Por consiguiente, el que no quiera ser
tenido por grosero o plebeyo, debe abstenerse de
semejantes palabras. No es mi intención despreciar
a los obreros ni a los demás braceros, que son
hombres como nosotros; son dignos de compasión si
sus modales son toscos, pues carecen de cultura y
educación, y andan siempre en cosas materiales.
Pero vosotros, que poseéis más instrucción y os
ocupáis en cosas más elevadas, no debéis emplear
palabras y modales bastos, sino demostrar con los
hechos vuestra educación. Por eso os recomiendo
que no digáis ciertas palabras. Alguién replicará:
-Yo no cometo ningún pecado pronunciando
ciertas palabras.
-Bien, oídme: tampoco comete pecado un
limpiabotas; por qué no vais vosotros también a
hacer este oficio? Alguno más atrevido podrá
pensar: -Lo que es pecado no puede ni debe
hacerse, pero es lícito hacer todo lo que no es
pecado. Decidme: Les gustaría a vuestros padres
oíros decir esta palabrotas? íCómo sufrirían de
tener un hijo tan mal educado! Ya me sucedió oír
decir a uno semejantes palabrotas, mientras pasaba
a su lado cierto señor. Aquel forastero podía ser
una persona importante: qué idea se formaría de
nuestros jóvenes? Guardad, pues, bien grabado en
la mente el aviso que acabo de daros y
practicadlo. Puede que aún haya alguno que diga:
-Don Bosco tiene razón, pero es una
costumbre... no quisiera
decirlo ..., se me escapa sin querer...
-Lo comprendo, respondo yo; pero comenzad por
hacer el propósito de no decirlo aposta... Después
prestad atención en los momentos en que
acostumbráis hacerlo. Los asistentes os llamarán
la atención y vosotros aceptad su advertencia.
Rogad a vuestros propios compañeros que tengan la
bondad de avisaros cuando se os escape alguna
palabra gorda y ya veréis cómo poquito a poco os
iréis corrigiendo de este defecto. Hacedlo en
honor del Niño Jesús.
19 de diciembre
Un consejo que don Bosco suele dar a menudo es
de la obediencia. Pero esta noche me limito a
hablaros de la obediencia al confesor. Si es
verdad que cuando un superior os habla, lo hace en
nombre del Señor, y vosotros debéis obedecerle
como
1 Son expresiones plebeyas italianas, cuya
traducción directa en castellano no dice nada; no
nos parece necesario sustituirlas por otras de la
misma jerga que tanto abundan, por desgracia, en
nuestro lenguaje vulgar. (N. del T.)
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