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ramillete de florecillas para ofrecérselo después
a María el día de su fiesta. De qué modo?
Recogiendo una cada día. Y cómo hacerlo ahora que
no hay flores en el campo? En vuestro corazón. Y
qué flor? Una pequeña virtud para practicar cada
día en honor de María Santísima Inmaculada.
Cumplid todos esta florecilla de modo que el día
de la gran fiesta haya tantos ramilletes cuantos
sois vosotros, y que en ninguno falte una flor.
Estad seguros de que le será muy grato a María
Santísima vuestro regalo.
30 de noviembre
La florecilla para mañana será: Daré un buen
consejo a un compañero. Hay mil ocasiones para
hacer esta obra de caridad. Si un perezoso, un
murmurador, uno poco recatado en sus palabras, un
pendenciero tuviera a su lado quien le dijera una
buena palabra, ícuánto mal podría impedirse,
cuánto bien podría realizarse! Aconsejar una
visita a la iglesia, ir a confesarse, hacer una
buena lectura, ícuántas veces es el principio de
la eterna salvación de un muchacho! Y el que
recibe el consejo, recíbalo bien. No siempre se
puede encontrar un buen consejo, y debemos
considerarnos afortunados cuando lo podemos tener.
Si alguno de vosotros me lo da a mi, me dará un
gran gusto y le prometo gratitud eterna.
Mientras tanto yo os lo doy a vosotros. Daré
uno en general para todos y otro en particular
para cada uno. El general es éste: Ad quid
venisti? (A qué has venido?) Cuando san Bernardo
dejó la casa paterna para retirarse a hacer una
vida santa en un convento, escribió en todos los
lugares por donde debía pasar: Ad quid venisti? Y
pensad: Ad quid venisti a este mundo? Para amar y
servir a Dios y ganarte el Paraíso. Si haces otra
cosa estás fuera de camino. Ad quid venisti a este
Oratorio? He venido para estudiar, para adelantar
en la ciencia y en la piedad, para conocer cuál es
mi vocación; si no saco este provecho, he perdido
el tiempo.
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1 de diciembre
La florecilla para mañana es ésta: Haré una
visita a Jesús Sacramentado. Si una persona tenida
por veraz fuera a una plaza y dijera a la gente
que está allí en ociosa conversación: Id a aquella
colina y encontraréis una riquísima mina del oro
más puro y podréis juntar sin ningún trabajo
cuanto queráis; decidme: habría uno sólo que,
alzando lo hombros, dijera que le importan poco
aquellas riquezas? Todos correrían a porfía.
Pues bien, no está en el Sagrario el tesoro más
grande que pueda hallarse en el cielo y en la
tierra? Por desgracia los hombres ciegos no lo
conocen, pero es cierto, certísimo, es de fe que
hay en él inmensas riquezas. Los hombres sudan por
alcanzar dinero; pues bien, en el Sagrario está el
dueño de todo el mundo. Todo lo que le pidáis y os
sea necesario, El os lo concederá. Necesitáis
salud? Necesitáis memoria, entender las lecciones,
hacer bien los deberes? Necesitáis fuerza para
soportar las tribulaciones, auxilio para vencer
las tentaciones? Está amenazada vuestra familia
por una desgracia, preocupada por alguna
enfermedad de alguien, necesitada de una gracia
especial? De quién depende la pequeña fortuna de
vuestra casa?Quién manda al viento, a la lluvia,
al granizo, a la tempestad, a las estaciones? No
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