((**Es6.232**)
Así se cumplieron los deseos y trabajos soportados
por don Bosco.
El Oratorio se había poblado de nuevo con los
muchachos que habían vuelto de las vacaciones y
con los nuevos. Resulta graciosa la manera como
uno de éstos logró inscribirse en la sección de
estudiantes.
Era el mes de octubre. Un muchacho de catorce
años, llamado Domingo Parigi, salió de casa de sus
padres totalmente solo, llegó al Oratorio atraído
por la fama de don Bosco y subió a la estancia del
Superior. Don Bosco vio plantarse ante él a un
jovencito desconocido, en cuyo rostro brillaban la
pureza y la inocencia.
-Quién eres tú, amigo?
-Domingo Parigi, de Chieri.
-Y qué quieres?
-Que me deje estar aquí en el Oratorio con
usted.
-Pero si aún no has sido admitido...
-Y eso qué importa? Admítame ahora.
-Mira: vamos a hacer las cosas de acuerdo con
los reglamentos. Vuelve a ((**It6.298**)) Chieri,
di a tus padres que te acompañen hasta aquí:
hablaremos y estableceremos las condiciones
oportunas.
-Yo no vuelvo más a casa.
-Entonces, escribe una carta.
-Yo no escribo; íescriba usted!
Don Bosco le miró un instante, sonrió ante
tanta franqueza y dijo:
-Bueno, pues escribiré yo.
Y el muchacho se quedó, hizo los cursos de
latinidad, estudió filosofía y teología en el
seminario y murió siendo párroco de San Francisco
del Campo en 1899.
Otra aceptación digna de mención fue la del
jovencito judío Jarach de trece años. Don Bosco ya
se había interesado por la conversión de varios
judíos más y los había bautizado en su iglesia. El
padre de Jarach, docto rabino de Ivrea, se había
convertido hacía algunos años. Monseñor Moreno le
había colocado en el seminario, donde pasó su vida
enseñando hebreo a los seminaristas y dándoles
clase de Sagrada Escritura. El Obispo había
amparado también a una hija suya, la cual abrazó
la fe cristiana, ingresó en un convento e hizo la
profesión religiosa.
Recordaremos también que el veinte de octubre
llegaba al Oratorio José Rossi, natural de
Gambarana Lomellina. Frisaba los veinticuatro años
y había decidido irse con don Bosco después de
leer el
(**Es6.232**))
<Anterior: 6. 231><Siguiente: 6. 233>