((**Es6.231**)((**It6.296**))
CAPITULO XXII
SEMINARISTAS DE LA ARCHIDIOCESIS EN EL
ORATORIO-TODOS LOS CURSOS DEL BACHILLERATO EN CASA
-ACEPTACIONES DE ALGUNOS ALUMNOS DIGNAS DE
ESPECIAL MENCION -EL INTERNADO A TOPE -CARTAS DE
PESAME AL PAPA -PRESENTIMIENTO DE CALAMIDADES
PUBLICAS -SUEÑO DE LA MARMOTITA -MEDIOS PARA
ALCANZAR LARGA VIDA -DOTES NECESARIAS PARA UN
DIRECTOR DE COLEGIO -EFICACIA DE LA PALABRA Y LA
MIRADA DE DON BOSCO -TEMOR DE ABUSOS Y CONCESIONES
-FIRMEZA DE DON BOSCO PARA DESPEDIR A UN
ESCANDALOSO Y REPRENDER A UN DESOBEDIENTE-SE
DISUELVE Y SE REORGANIZA LA BANDA -UN MUCHACHO
PERDONADO -PETICION DE ROPA AL MINISTRO DE LA
GUERRA
AL comenzar el curso escolar 1859-60 había en el
Oratorio unos veinte seminaristas pertenecientes a
la Archidiócesis de Turín, y don Bosco lograba
realizar su plan de implantar todos los cursos de
bachillerato en Valdocco para no verse en la
necesidad de enviar a sus muchachos a las clases
de los distinguidos y caritativos profesores Picco
y Bonzanino. Había en primer curso noventa y seis
alumnos, cuyo profesor era el clérigo Celestino
Durando; dirigía el segundo, el clérigo Segundo
Pettiva; el tercero, el clérigo Juan Turchi; y el
cuarto y quinto, el clérigo Juan Bautista
Francesia. Sucedieron ((**It6.297**)) a éstos
en la nobilísima palestra otros más que,
instruidos y hechos maestros, se vieron rodeados
de numerosísimos muchachos, esperanzas de la
Iglesia y gérmenes de la futura Congregación. De
este modo veíase revivir a don Bosco en sus
jóvenes clérigos, que habían aprendido de él y
hecho suyo el espíritu de piedad y sacrificio.
Ya Santa Teresa daba más importancia a la
acción que a la oración sola, y decía: <>.
(**Es6.231**))
<Anterior: 6. 230><Siguiente: 6. 232>