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Fácilmente habrá descubierto el. lector la mala
fe, los equívocos, las falsas interpretaciones de
este artículo, pero conviene que, de acuerdo con
todos los historiadores, rebatamos las acusaciones
siguiendo el mismo orden.
En efecto: de 1820 a 1848 un partido quería una
Italia unida en un solo reino, otro en una sola
república y se intentaron varias revoluciones para
alcanzar estos dos fines. Por fin en 1848 los
liberales constitucionales se decidieron por el
reino itálico, mientras que los seguidores de José
Mazzini querían una república. Con relación a
esto, la Gaceta del Pueblo, queriendo demostrar,
al citar las páginas cuatrocientos ochenta y tres
y cuatrocientos ochenta y cuatro, no advierte que
en la página cuatrocientos ochenta y dos dice don
Bosco que las miras de todos aquellos movimientos
eran formar un solo reino o una república.
((**It6.290**))
Referente a la guerra de 1849, fueron realmente
tres los días de combate. Los hechos se
desarrollaron así.
Los austriacos, salidos de Pavía, pasaron el
Tesino, y el día veintiuno de marzo entablaron
duelo de cañones contra la artillería piamontesa
en Mezzana Corti. El día veintidós hubo
ferocísimos combates en el poblado de San Siro, en
la Sforzesca y en Mortara, de la que se apoderaron
los austriacos por la tarde. El día veintitrés
tuvo lugar la batalla de Novara, singularmente
terrible en Olengo y en Bicocca.
En Crimea, y ésta es la verdad, los rusos
habían establecido campos militares y artillería
en los principales lugares del Quersoneso y en las
orillas de los ríos Katcha y Alma.
El catorce de septiembre las tropas de las
potencias aliadas comenzaron el desembarco junto a
Eupatoria, mientras tres fragatas inglesas y cinco
francesas simulaban un desembarco en Katcha, que
dista cinco leguas. Estaba preparado para la
defensa un campo con unos seis mil rusos, pero las
fragatas, después de un prolongado cañoneo,
volvieron a Eupatoria. Entretanto desde los altos
del Alma cincuenta mil rusos vigilaban y
molestaban con escuadrones de caballería y
artillería a caballo al enemigo, el cual,
lanzándose al asalto el veinte de septiembre, les
causó una sangrienta derrota, abriéndose camino.
Los intrépidos soldados piamonteses, además de
la defensa junto al Cernaia, donde se cubrieron de
gloria inmortal, tomaron parte en la batalla que
se trabó a algunas millas de Balaclava 1 y en el
asalto a
1 La Marmora, Un p_ di luce, pág. 133.
(**Es6.226**))
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