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que visten de blanco, pero a mi edad no cae bien
(y en mi interior sentía cierta repugnancia a
hacerme dominica precisamente por el hábito).
Entonces don Bosco replicó:
-Sí, Rosina vestida de blanco.
Y repetía con acento profético las mismas
palabras, cuando he aquí que se oyó la voz de mi
padre que le llamaba a la sala para tomar el café.
Dos años más tarde, el 16 de agosto de 1861, el
Señor me abría ((**It6.263**)) las
puertas del Instituto de las religiosas dominicas
en Mondoví Carassone y la Virgen Inmaculada
escuchaba al mismo tiempo los deseos de mi corazón
y la oración de don Bosco, realizando claramente
su profética palabra.
Pero hay más. Hacía ya unos años que me
encontraba en Mondoví y todo marchaba muy bien,
cuando vino el demonio a sembrar el desorden en
nuestra querida comunidad de Mondoví Carassone,
con lo que perdió un buen número de alumnas. En
aquel trance, me pidió nuestra buena Madre
Manfredini que escribiera a don Bosco, enviándole
una pequeña limosna y rogándole que hiciera una
novena para obtener que nuestra comunidad volviera
a su floreciente estado anterior. Pocos días
después contestó don Bosco, como él solía hacer,
con palabras de agradecimiento, de consejo y de
aliento. Más de veinte alumnas vinieron pronto a
aumentar nuestro colegio, se reprimió suavemente
todo desorden y la calma, la alegría y la virtud
volvieron a reinar entre nosotras.
He aquí, reverendísimo don Miguel Rúa, mis
recuerdos sobre don Bosco, tan simplemente como
los tengo en la mente.
Sor
FlLOMENA CRAVOSIO
También predijo don Bosco el porvenir a otra
muy noble doncella, cuyo nombre diremos a su
tiempo. Sentíase ella llamada por Dios a la vida
religiosa y, no encontrando obstáculos por parte
de sus padres para cumplir sus deseos, consultó a
don Bosco sobre el particular. Contestóle el
siervo de Dios:
-Sí; usted se hará religiosa, pero después de
mucho tiempo de espera y pasando por trances
imprevisibles al presente.
Y así sucedió. Al poco tiempo moría una hermana
suya dejando un hijo de tierna edad. Ella se casó
con el cuñado por la necesidad de dar un corazón
de madre al niño. Muy pronto quedó huérfano de
padre que murió del cólera. La buena madrastra
cuidó con nobilísimo sacrificio su educación
religiosa y cívica y el rico patrimonio; y cuando
hubo cumplido esta santa misión, y ((**It6.264**)) lo hubo
colocado en la espléndida carrera que le
aguardaba, se retiró del mundo y se hizo
religiosa.
Como estaban a fines de agosto dióse prisa don
Bosco para imprimir el número de las Lecturas
Católicas correspondiente al mes de septiembre.
Presentaba a los suscriptores El Valle de Almería,
de autor anónimo. Narrábanse en él las vicisitudes
de una familia perseguida
(**Es6.206**))
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