((**Es6.197**)
dio de grandes festejos. El Emperador salía en
seguida para París y le acompañaba el Rey hasta
Susa.
Mas ni la paz ni la guerra podían detener de
ningún modo la actividad de don Bosco. En el mes
de junio hacía imprimir a Paravía dos mil
quinientos ejemplares de la segunda edición de su
Historia de Italia con algunas añadiduras. Importa
repetir cómo en este libro narraba el origen del
poder temporal de los Papas, defendía el derecho
al mismo y demostraba sus ventajas; y que regaló
muchos ejemplares a distinguidos personajes del
clero y del laicado, entre otros al alcalde de
Turín, que se lo agradecía en los siguientes
términos:
CIUDAD DE TURIN
Turín,
16 de julio de 1859
El preciado regalo que V. S. Ilma. acaba de
hacerme con la Historia de Italia contada a la
juventud desde sus primeros pobladores hasta
nuestros días, le hace merecedor de verdadera
gratitud por parte de esta Administración Civil; y
el Alcalde, que suscribe, se considera muy feliz
al interpretar los sentimientos de la misma, al
tiempo que le da las más rendidas gracias por su
cooperación a la realizacióri de una biblioteca
pública municipal, que será positivamente
provechosa a la población de Turín.
Tenga a bien aceptar el testimonio del muy
distinguido saludo de quien tiene el honor de
profesarse.
De V.S. Ilma.
Afectísimo y seguro servidor
El alcalde NOTTA
((**It6.251**)) Durante
la primera quincena de julio anduvo atareado con
los exámenes, el reparto de premios, las papeletas
de calificaciones, los sorteos públicos y las
despedidas de cada uno de los alumnos, a quienes
llamaban los padres a sus casas para las
vacaciones.
A principios del mes, ayudado por el joven
Chiala, don Bosco había distribuido el número de
las Lecturas Católicas correspondiente a julio,
que se titulaba: Antonio y Fernando, o el triunfo
de la inocencia. Cuenta la historia de un
estudiante, hijo de unos pobres artesanos, que
cursa con éxito los estudios, pero amargado por la
prepotencia de un rival, hijo de familia noble, a
quien se le otorgan los premios, que sólo a él
correspondían. Amparado por un bienhechor
desconocido, que resulta ser el Ministro de
Estado, consigue licenciarse en derecho, profesión
que honra rechazando las insidiosas promesas de
quien quería convertirle en instrumento de
injusticia. Es calumniado, condenado a prisión,
pero al fin se abre paso la
(**Es6.197**))
<Anterior: 6. 196><Siguiente: 6. 198>