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aquellos días desembarcaban en Génova ciento
ochenta mil soldados franceses, bajaban del monte
Cenís y del Montginevre, y desde Niza llegaban a
desembarcar en Génova para unirse al ejército
sardo.
Mientras tanto el general Giulay, que se había
apoderado de Mortara y Vigévano, lanzaba desde
Vercelli un cuerpo de ejército contra Santhi…,
Livorno y Biella; otra parte de sus tropas ocupaba
Trino el nueve de mayo y parecía que se preparaba
para marchar contra la capital del Piamonte, que
fácilmente hubiera caído en su ((**It6.231**))poder.
Se temía en Turín que los austríacos se apoderaran
de la ciudad de un momento a otro. Hasta en el
Oratorio hablaban los muchachos del inminente
peligro, pero don Bosco les dijo, estando presente
el clérigo Anfossi:
-No temáis; aun cuando llegara el enemigo, el
Oratorio quedará ileso porque está defendido por
los santos mártires Solutor, Adventor y Octavio.
Don Bosco sentía profunda devoción por estos
santos, que sufrieron el martirio junto al
Oratorio, y confiaba tanto en su protección, que
estaba organizando una tómbola como si reinase la
paz absoluta en el Estado. En aquel ambiente de
miseria universal era preciso atender a sus
muchachos. Por eso en el mes de abril trató el
asunto con los miembros de la Comisión de la
lotería de 1857, cuyo presidente había sido el
conde Carlos Cays de Giletta, y tomaron las
oportunas determinaciones. En consecuencia expuso
el asunto a la autoridad civil y obtuvo la
correspondiente autorización. Don Bosco se dedicó
a buscar y numerar los premios, a hacer escribir a
mano los billetes con el sello del Oratorio, a
imprimir circulares y enviarlas a las personas
simpatizantes con su Obra, una en abril y otra a
primeros de mayo. Cada circular iba acompañada de
una hoja con la lista de los premios, al pie de la
cual mandó escribir don Bosco la siguiente nota:
Para mayor comodidad puede enviarse el importe de
los billetes a alguno de los miembros de la
Comisión de la Tómbola anterior.
Y a continuación iban los nombres de dichos
miembros escritos a pluma. La circular decía así:
Ilustrísimo Señor:
Lo que hoy recomiendo a su reconocida bondad no
es una verdadera tómbola; es una liquidación de
los objetos sobrantes de la anterior más otros que
nos han sido ofrecidos a favor del Oratorio
((**It6.232**)) de san
Francisco de Sales en Valdocco, el de san Luis en
Puerta Nueva y del santo Angel Custodio en
Vanchiglia.
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