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ciudades principales hubo que crear diversas
comisiones, encargadas de promover colectas para
socorrer a las familias más necesitadas.
Pues bien, qué hizo don Bosco? Aunque, por la
circunstancia de la guerra y la subida de precio
de los víveres, se encontraba en grandes
estrecheces, sin embargo, aceptó en su casa a
varios hijos de los pobres soldados.
Resonó por fin el primer grito de guerra, y
Austria, cansada de las intrigas del Gobierno
piamontés, amenazó el veintitrés de abril con
declarársela, si en el plazo de tres días no
desarmaba y licenciaba a los voluntarios. La
contestación fue una rotunda negativa, y el día
veintiséis avistaba el puerto de Génova la armada
francesa cargada de tropas. Estallaba entretanto
la revolución en Toscana y el Gran Duque se veía
obligado a retirarse, por lo que Víctor Manuel
nombraba comisario con plenos poderes a
Buoncompagni. El veintiocho de abril el Rey de
Saboya, con los oficiales del Estado, los miembros
del Senado y de la Cámara de Diputados, acudía a
la Catedral Metropolitana de Turín para asistir a
las solemnes plegarias por el éxito de la guerra.
El día treinta el ejército austríaco, con más de
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doscientos mil hombres al mando del general
Francisco Conte Giulay, pasó el Tesino, se apoderó
de Novara y penetró en las fértiles llanuras que
se extienden entre los ríos Tesino, Po y Sesia.
Víctor Manuel partía al campo de operaciones y
Napoleón III, escribía el primero de mayo a Pío
IX:
<<...Quiero declarar francamente a Su Santidad
que en mi corazón no separo la religión y el poder
temporal de la Santa Sede de la cuestión de la
independencia de Italia; debo confesar que quiero
por igual a la una y a la otra>>.
Habíale invitado el Papa a retirar de Roma a
sus soldados, allí acuartelados desde 1849,
declarándole que, aunque débil, confiaba en la
Providencia que no lo abandonaría. Por toda
contestación, Napoleón había hecho desembarcar más
tropas en Civitavecchia. Quería montar la guardia
junto al Papa para facilitar y asegurar más su
expoliación e impedir que otros lo socorriesen.
En el ínterin los austríacos se apoderaron de
Vercelli el dos de mayo y, para pasar el Po,
acometieron a los piamonteses en Frassineto y
Valenza, donde fueron rechazados por la
artillería. Pero lograron atravesarlo por Cornale
y avanzar el tres de mayo hasta Tortona.
Estaban divididos en tres cuerpos: uno entre
Casale y Alessandria, otro en las orillas derecha
e izquierda del Po, el tercero en Vercelli, donde
se fortificaba y parecía querer atacar a Turín.
Por
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