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CAPITULO I
1858 - QUIEN ERA DON BOSCO: SU AMABILIDAD
CORRESPONDIDA POR LOS ALUMNOS - COMO POBRE, TIENE
PREDILECCION POR LOS POBRES - VIRTUD DE MIGUEL
MAGONE: SU CONFIANZA EN LA SANTISIMA VIRGEN; SU
CARIDAD - SU CARTA A DON BOSCO - CINCO RECUERDOS A
LOS JOVENES PARA GUARDAR LA VIRTUD DE LA PUREZA -
EL PAÑUELO BLANCO - PLATICA SOBRE LA VIRTUD DE LA
OBEDIENCIA - TRES ESTAMPAS DE LA VIRGEN LECTURAS
CATOLICAS
UN venerable sacerdote, que vivió bastantes años
en el Orato rio, primero como alumno y después
como clérigo, que pre servó con su celo a muchos
chicos de los peligros a que está expuesta su
inexperta edad, nos dejó escritas, en 1889, las
impresio nes que él recibió de su convivencia con
don Bosco.
<<>>Quién fue don Bosco? Don Bosco fue un
sacerdote que enseñó con el ejemplo y con la
palabra el amor con que cada uno debe servir
fielmente al Señor según su estado. Qui... fecerit
et docuerit, hic magnus vocabitur in regno
coelorum (Será lla mado grande en el reino de los
cielos el que hiciere y enseñare) (Mat. V. 19).
Esta es la razón por la cual, con mucha verdad,
puede y debe considerarse a don Bosco como un
hombre insigne entre las más grandes figuras no
sólo ((**It6.2**)) del siglo
diecinueve, sino también de la Era cristiana. Sin
poseer nada, levantó un edificio tan oso que llena
de estupor el presente y llenará de admiración al
mundo en los siglos venideros. Fue instrumento de
Dios para esta gran obra, y por esto Dios la
conservará y llevará a término según sus
misteriosos designios, aun cuando pueda ser
imperfecto el elemento que la realice; cuanto más
defectuoso pueda ser éste, tanto más pondrá El de
su propia mano.
Don Juan Bosco fue un hombre misterioso,
enviado por Dios para probar con los hechos cuánto
puede aquél que confia plenamente en El. Profundo
conocedor de los hombres y de sus tiempos, de
carácter firme, tenaz en sus propósitos,
penetrando en los secretos del futuro con mirada
aguda y certera, hombre de tacto finísimo en el
trato con los hombres y las cosas, de ilimitada
confianza en la divina Providencia, todo lo que
concebía en su mente, de amplios horizontes, lo
realizaba aun cuando parecían insuperables los
obstáculos en que tendría que tropezar, y lo
llevaba a feliz término, como por ensalmo, con
estupor de todos, confiando en estas palabras:
Deus providebit (Dios proveerá).
Parece que también para él, como para el gran
Napoleón, no existía la palabra imposible, si bien
éste disponía de otros medios y se guiaba por
otros fines.
Los obstáculos que se opusieron a don Bosco
para la fundación de su obra, sólo Dios puede
conocerlos. (**Es6.15**))
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