Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es6.138**) le dejaba una finca, no tardaba en vender edificios y terrenos para dedicar su valor a las necesidades urgentes de la casa o a obras nuevas. Día a día gastaba lo que recibía y no guardaba nada porque constantemente se veía apremiado por los acreedores. A menudo le aconsejaban los prudentes que no arriesgara la existencia del Oratorio con tantas deudas; pero él, demostrando estar seguro de lo que afirmaba, dijo más de una vez: -Después de mi muerte esta Institución no perecerá, sino que prosperará cada día más y se difundirá por todo el mundo. <>. Don Bosco no poseía nada, absolutamente nada, pero su cajero era Dios, que tiene por agentes todas las ((**It6.172**)) personas buenas y generosas, que saben que el dinero no es fin, sino un medio que les fue concedido para hacer obras buenas en favor de sí mismas y de sus semejantes. Así que él se dirigía a Dios para que le enviase a esos buenos ángeles de la tierra, y a menudo decía en la platiquita de la noche a los alumnos: -Rezad, y, los que puedan, comulguen según mi intención. Os aseguro que yo también rezo y más que vosotros. Me encuentro en grandes apuros. Necesito una gracia. Os diré después cuál es. Y algunas noches después contaba, por ejemplo, que un rico señor le había llevado una gran cantidad de dinero igual a la que necesitaba y añadía: -Hoy, hoy mismo nos ha obtenido la Santísima Virgen un señalado favor. Démosle gracias de corazón y seguid rezando que el Señor no nos abandonará. Pero íay de nosotros! si entra el pecado en casa, el Señor ya no nos socorrería. Atentos, pues, a rechazar las asechanzas del demonio y a recibir los sacramentos. Tenía por esto muchísimo interés en que los alumnos rezasen bien. Solía, siempre que podía, ir a rezar con los estudiantes las oraciones de la noche. Más de una vez, cuando por algún motivo tenía que retrasar su cena hasta después de las oraciones o entretenerse en el refectorio, dejaba, ya a uno ya a otro, el encargo de ir a vigilar o advertir a ciertos alumnos que dormían o charlaban en vez de rezar las oraciones. (**Es6.138**))
<Anterior: 6. 137><Siguiente: 6. 139>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com