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Con este número se cerraba la serie del año
sexto de las Lecturas Católicas y se publicaba un
extracto en su favor en la circular cuaresmal del
Vicario General de la ciudad y diócesis de Turín,
dirigida a los reverendos señores Párrocos.
...Al tiempo que menciono los actuales
desórdenes y las necesidades y medios para
remediarlos, se me ofrece la oportunidad, que muy
gustoso aprovecho, de indicaros otro medio eficaz,
por el que se interesa mucho el Vicario de Cristo.
Bien sabéis y deploráis que hoy en día,
especialmente a través de la prensa, se insinúa el
error, se difunden máximas perversas, se corrompen
las costumbres y, que los impíos se afanan en
preparar y propinar con periódicos y libros
antirreligiosos cebo y veneno para toda clase y
condición de personas y cómo las publicaciones de
ese jaez se venden a buen precio y hasta se
reparten gratuitamente.
Por su parte, también los buenos se industrian
para desenmascarar el error, amaestrar al pueblo y
mostrarle la belleza de la virtud y hacerla amar,
con la prensa y la difusión de libros buenos. Esta
es la intención de las Lecturas Católicas. Ya se
os recomendaron en otra ocasión, cuentan en su
haber el mucho bien que van haciendo, y tienen
además el honor de gozar de la aprobación del Sumo
Pontífice, acompañada de su deseo de que sean
propagadas. Tengo ante mis ojos la circular de
S.E. el Cardenal Vicario de Roma, invitando, según
la mente de Su Santidad, a los arzobispos y
obispos de los Estados Pontificios a activar la
difusión de las Lecturas Católicas en sus
diócesis; y siento en mí un renovado impulso a
volverlas a recomendar, especialmente en los
lugares donde todavía no son bastante ((**It6.151**))
conocidas, y estoy persuadido de que también
vosotros lo sentiréis como yo, y, por lo tanto,
las propondréis con solicitud a vuestras
poblaciones. Los temas que tratan, al alcance de
cualquier inteligencia, su estilo popular, su
módico precio me permiten esperar que esta labor
os resultará fácil.
Bendiga Dios desde el cielo vuestras oraciones,
vuestros trabajos y vuestro celo, y esté con todos
vosotros la gracia de Jesucristo.
Gratia Domini nostri Jesu Christi vobiscum
(Rom. XVI, 20).
CELESTINO FISSORE
Vic.
Gen.
Don Bosco llevaba al mismo tiempo otro trabajo
entre manos, como se deduce de la siguiente carta;
era el de añadir algunas biografías de hombres
ilustres a una nueva edición de la Historia de
Italia.
Muy Reverendo Señor:
Me es grato complacer el deseo de V.S.M.R.
enviándole una biografía del cardenal Mezzofanti
para las noticias que desea.
Más aún, aprovecho la ocasión para poner en su
conocimiento el programa de un trabajo, que pronto
saldrá a la luz sobre la vida y estudios de este
eminentísimo cardenal, trabajo confiado a personas
merecedoras de entera confianza y, por
consiguiente, digno de la atención de todos los
doctos.
(**Es6.122**))
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