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CAPITULO XII
LECTURAS CATOLICAS: VIDA DEL JOVENCITO DOMINGO
SAVIO -NORMAS DE DON BOSCO SOBRE LA COMUNION
FRECUENTE -LOS ALUMNOS DEL ORATORIO OBSERVAN
DESPREOCUPADAMENTE LAS ACCIONES DE DON BOSCO -SU
MEMORABLE REFUTACION DE LA CRITICA LANZADA CONTRA
LA BIOGRAFIA DE DOMINGO SAVIO -VIDA DEL SUMO
PONTIFICE URBANO I -EL VICARIO GENERAL DE TURIN
ESCRIBE UNA CIRCULAR A LOS PARROCOS
RECOMENDANDOLES LAS LECTURAS CATOLICAS -CARTA A
DON BOSCO DEL CARDENAL ARZOBISPO DE BOLONIA -UNA
EXPLICACION DEL EVANGELIO POR DON BOSCO
A principios del año 1859 todo el Oratorio estaba
conmovido por la muerte edificante de Miguel
Magone. Aquel mes de enero aparecía el número de
las Lecturas Católicas con la Vida del jovencito
Domingo Savio, alumno del Oratorio de San
Francisco de Sales, por el sacerdote Juan Bosco.
La dedicaba a sus hijos con el siguiente prólogo.
Muy queridos jóvenes:
Más de una vez me habéis pedido que os escriba
algo acerca de vuestro compañero Domingo Savio; y,
haciendo todo lo posible para satisfacer vuestro
((**It6.144**)) deseo,
os presento ahora su vida, escrita con la brevedad
y sencillez que son de vuestro agrado.
Dos obstáculos se oponían a que publicase esta
obrita; en primer lugar, la crítica a que
naturalmente está expuesto quien escribe ciertas
cosas que se relacionan con personas que viven
todavía. Este inconveniente creo haberlo superado
concretándome a narrar solamente aquello de lo que
vosotros y yo hemos sido testigos oculares, que
conservo escrito casi todo y firmado por vuestra
misma mano.
Es el otro obstáculo, tener que hablar más de
una vez de mí mismo, porque, habiendo vivido dicho
joven cerca de tres años en esta casa, me veré
muchas veces en la necesidad de referir hechos en
los que he tomado parte. Creo haberlo vencido
también ateniéndome al deber del historiador, que
es el de exponer la verdad de los hechos, sin
reparar en las personas. Con todo, si notáis que
alguna vez hablo de mí mismo con cierta
complacencia, atribuidlo al gran afecto que tenía
a vuestro difunto compañero y al que os tengo a
vosotros; afecto que me mueve a manifestaros hasta
lo más íntimo de mi corazón, como lo haría un
padre con sus queridos hijos.
Alguno de vosotros preguntará por qué he
escrito la vida de Domingo Savio y no
(**Es6.117**))
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