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otros guardaran vino en su propia celda, determinó
no pedírselo a sus padres y beber siempre agua. Y
así continuó hasta el año de su muerte,
exceptuados rarísimos casos en los que la cortesía
le obligaba a aceptar un vaso de vino.
Sentía mucho esta privación, pero siempre
sereno y tranquilo no pensaba en ello: Semper in
gratiarum actione manere. Justus meus ex fide
vivit, (Estar siempre dando gracias. Mi justo vive
de su fe) eran sus habituales expresiones.
Así fue el primer Prefecto y ecónomo que el
Señor envió a los muchachos internos del Oratorio.
Al día siguiente de su llegada, fiesta de la
Asunción de María Santísima, se fijó el horario de
las misas para los días festivos, horario que ya
no se cambió. Empezó don Víctor Alasonatti a
celebrar la santa misa, llamada misa de comunión,
a las 7,30, y don Bosco subía al altar a las 10,
hora en que terminaba de confesar a los externos,
y luego predicaba. Antes de esta segunda misa se
siguió ((**It5.75**))
regularmente con el canto o recitación de los
Maitines y Laudes del Oficio Parvo de la Virgen,
como se continúa haciendo. Don Bosco celebró la
segunda misa hasta 1858.
El mismo día, 15 de agosto de 1854, en que daba
principio don Víctor Alasonatti a su misión en el
Oratorio, le tocó asistir a un apestado de cólera
asiático, que se había declarado en Turín con
caracteres mortales.
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