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((**Es5.659**) El cardenal Marini enviaba a don Bosco, según su petición por carta, algunas notas y explicaciones de los ritos que había visto desarrollarse durante la Semana Santa en el Vaticano, y decía: Muy reverendo señor: Supongo que mi tardanza en contestar a su muy apreciada y última carta, no le habría hecho pensar que me haya olvidado de V.M.R.S. Los libros que ha tenido a bien enviarme y más aún las cualidades que a usted le distinguen y que he podido admirar aquí en Roma, hacen que le tenga presente no sólo en la memoria, sino sobre todo en el corazón. Es para mí motivo de verdadera ((**It5.929**)) alegría recordarle frecuentemente con mis familiares y también con otras personas, porque me gustaría que los sacerdotes ejemplares fueran conocidos por todos. Adjunto a la presente acompaño respuesta a las varias preguntas que me hacía en su última y agradezco la paga que me promete. Que sus muchachos recen una avemaría a la Virgen Inmaculada por mí y yo haré otro tanto para que puedan conservar y hacer fructificar la semilla del santo temor de Dios que usted siembra en sus corazones. Deseo se sirva de mi pobre persona para cuanto pueda necesitar y, mientras le saludo cordialmente, me reitero con mi más profunda estima. De V.M.R. Roma, 27 de julio de 1858 Su afmo. s.s. Card. MARINI Mientras tanto don Bosco con sus adeptos, que tantos cuidados y sacrificios continuos le costaban comenzó a practicar las Constituciones de la Pía Sociedad, tal y como habían sido presentadas al Papa; y, de acuerdo con ellos, iba observando si se podían introducir en aquel reglamento algunas modificaciones y cuáles. Por diversas circunstancias, duraría esta ocupación hasta 1874; y lo prueba el gran número de copias de las Reglas que hizo escribir corregidas y vueltas a corregir con muchas variantes. Pero todo esto no es nada en comparación con los obstáculos que hubo de superar, las contradicciones que le afligieron y los trabajos que tuvo que imponerse. Mas debía llegar a la meta y llegó. Nos refería el canónigo Anfossi: <>Cómo se las arregla don Bosco para fundar una Congregación religiosa en estos tiempos en que nosotros vamos desapareciendo: -Y hubo quien llegó ((**It5.930**)) a decir: -Si don Bosco no hubiera hecho más milagros, la institución de su Congregación sería ya un milagro grandísimo>>. Decía Monseñor Bertagna: <(**Es5.659**))
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