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El cardenal Marini enviaba a don Bosco, según
su petición por carta, algunas notas y
explicaciones de los ritos que había visto
desarrollarse durante la Semana Santa en el
Vaticano, y decía:
Muy reverendo señor:
Supongo que mi tardanza en contestar a su muy
apreciada y última carta, no le habría hecho
pensar que me haya olvidado de V.M.R.S. Los libros
que ha tenido a bien enviarme y más aún las
cualidades que a usted le distinguen y que he
podido admirar aquí en Roma, hacen que le tenga
presente no sólo en la memoria, sino sobre todo en
el corazón. Es para mí motivo de verdadera
((**It5.929**)) alegría
recordarle frecuentemente con mis familiares y
también con otras personas, porque me gustaría que
los sacerdotes ejemplares fueran conocidos por
todos.
Adjunto a la presente acompaño respuesta a las
varias preguntas que me hacía en su última y
agradezco la paga que me promete. Que sus
muchachos recen una avemaría a la Virgen
Inmaculada por mí y yo haré otro tanto para que
puedan conservar y hacer fructificar la semilla
del santo temor de Dios que usted siembra en sus
corazones.
Deseo se sirva de mi pobre persona para cuanto
pueda necesitar y, mientras le saludo
cordialmente, me reitero con mi más profunda
estima.
De V.M.R.
Roma, 27 de julio de 1858
Su afmo. s.s.
Card. MARINI
Mientras tanto don Bosco con sus adeptos, que
tantos cuidados y sacrificios continuos le
costaban comenzó a practicar las Constituciones de
la Pía Sociedad, tal y como habían sido
presentadas al Papa; y, de acuerdo con ellos, iba
observando si se podían introducir en aquel
reglamento algunas modificaciones y cuáles. Por
diversas circunstancias, duraría esta ocupación
hasta 1874; y lo prueba el gran número de copias
de las Reglas que hizo escribir corregidas y
vueltas a corregir con muchas variantes.
Pero todo esto no es nada en comparación con
los obstáculos que hubo de superar, las
contradicciones que le afligieron y los trabajos
que tuvo que imponerse. Mas debía llegar a la meta
y llegó.
Nos refería el canónigo Anfossi: <>Cómo se las arregla don Bosco para
fundar una Congregación religiosa en estos tiempos
en que nosotros vamos desapareciendo: -Y hubo
quien llegó ((**It5.930**)) a
decir: -Si don Bosco no hubiera hecho más
milagros, la institución de su Congregación sería
ya un milagro grandísimo>>.
Decía Monseñor Bertagna: <(**Es5.659**))
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