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CAPITULO LXXII
DON BOSCO SALE DE ROMA - UNA CURACION EN PALO -
TRAVESIA POR MAR - EN GENOVA: LA FE DEL PUEBLO -
LLEGADA A TURIN Y FIESTAS - ENTREGA DEL RESCRIPTO
DEL PAPA A DON JOSE CAFASSO - ANUNCIO DE LAS
INDULGENCIAS A LOS MUCHACHOS INTERNOS DEL ORATORIO
DE VALDOCCO - EJERCICIOS ESPIRITUALES - CARTA DEL
MARQUES PATRIZI: LAS CONFERENCIAS ANEJAS Y LAS
LECTURAS CATOLICAS EN LOS ESTADOS PONTIFICIOS -
CARTA DEL CARDENAL MARINI - JUICIOS SOBRE LA
VIRTUD DE DON BOSCO AL FUNDAR LA PIA SOCIEDAD
EL catorce de abril salía don Bosco de Roma en
compañía de Miguel Rúa, satisfecho de haber puesto
las bases de la Sociedad de San Francisco de Sales
y, en consecuencia, dejar asegurada la suerte de
muchos jovencitos pobres y abandonados de entonces
y del porvenir. Había deseado hacer el viaje por
tierra; pero era tan grande la afluencia de
peregrinos llegados a Roma para la semana santa,
que no le fue posible obtener plaza en las
diligencias públicas que hacían el itinerario por
él elegido.
Decidió por tanto volver a Turín por mar, a
pesar de lo que había sufrido en su primer viaje.
Tomó, pues, un coche de alquiler.
((**It5.922**)) Hizo
una breve parada en el pueblo de Palo, donde
encontró al posadero totalmente curado de las
fiebres. Su curación había sido instantánea. El
hombre no olvidó nunca el favor y, mucho tiempo
después, hacia 1875 ó 1876, habiendo tenido que ir
a Génova por razón de negocios, o alargar el viaje
hasta Turín. Preguntó por telégrafo si estaba don
Bosco en el Oratorio y allá fue; pero aquel día
estaba don Bosco comiendo en casa del señor Carlos
Occelletti. Fue allí a buscarlo y obsequiarlo
cuanto pudo; el señor Occelletti recordaba siempre
con sumo gusto la narración de aquella curación
que él mismo oyó.
En Civittavecchia, visitó al Delegado
Pontificio y se dirigió al puerto para embarcar.
Un sacerdote piamontés que lo encontró en el
barco, nos escribía el doce de marzo de 1891
algunos detalles preciosos de esta travesía.
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