Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es5.647**) prueba, las reglas que le había presentado; y le exhortó, por segunda vez, a escribir detalladamente las cosas sobrenaturales que le había contado, aún las de menor importancia, pero que guardaban relación con la primera idea sobre los Oratorios: insistió en que, el conocerlas sería de grandísimo estímulo, en el futuro para quienes formaran parte de la nueva Congregación. Mientras hablaba, entró un cardenal para someter a su firma algunos papeles y Pío IX cortó sus palabras y despidió a don Bosco diciéndole: -Acordaos de lo que os he dicho. Al día siguiente, firmaba el Papa de su puño y letra los Rescriptos y se los hacía entregar a don Bosco; 1 el cual, iluminado con los consejos y animado con las palabras del Vicario de Jesucristo, durante los días que aún permaneció en Roma, retocaba las reglas de la Pía Sociedad de San Francisco de Sales, y quitaba unas y ponía otras para que, en sustancia, quedaran conforme a los sentimientos de Pío IX. ((**It5.911**)) Las hizo volver a copiar al clérigo Rúa, las llevó al eminentísimo cardenal Gaude, quien las leyó bondadosamente por entero, ya que el Papa se había dignado encomendarle aquel encargo por el que tanto se interesaba. El ya conocía el Oratorio, que había visitado el año anterior, como hemos dicho; por lo cual don Bosco tuvo con él algunas entrevistas a este propósito, oyó sus sabias reflexiones y consejos, y convinieron en que se practicaran las reglas durante algún tiempo, tal y como se hallaban corregidas, y al fin fueran enviadas de nuevo a su Eminencia quien las presentaría a la Santa Sede para su aprobación. Mientras tanto don Bosco ya se había preocupado de enviar a Turín el rescripto de las indulgencias obtenidas con el intento de promover el canto de las canciones sagradas entre el pueblo cristiano, y un anuncio de la bendición del Santo Padre para los colabora 1 Beatísimo Padre: El sacerdote Juan Bosco, postrado a los pies de Vuestra Santidad, para ofrecer al coronel caballero Jacinto Roasenda, insigne bienhechor de los Oratorios y del asilo de jóvenes pobres de Turín en Piamonte, una señal de gratitud, implora la Bendición Apostólica con la gracia de la Indulgencia plenaria in articulo mortis para él, su familia y parientes por afinidad y consanguinidad hasta el tercer grado. Gracia que espera. Humildísimo Suplicante JUAN BOSCO, Pbro. Romae apud S. Petrum die 7 aprilis 1858 Benigne annuimus pro gratia. (Benignamente concedemos la gracia) PIUS PP. IX (**Es5.647**))
<Anterior: 5. 646><Siguiente: 5. 648>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com