((**Es5.643**)
Los convidados abrían desmesuradamente los
ojos, aguzaban el oído, pero como ninguno conocía
aquella lengua, preguntaron al Conde en qué nación
se hablaba.
-íEs sánscrito!, respondió solemnemente.
De buenas a primeras quedaron todos extrañados
de la respuesta; luego rieron, los felicitaron y
aplaudieron la nueva lengua diplomática.
(**Es5.643**))
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