((**Es5.61**)((**It5.67**))
CAPITULO VIII
SUBSIDIO DEL REY A DON BOSCO -EL DIRECTOR SOLO NO
SE BASTA PARA EL GOBIERNO DEL ORATORIO -DON VICTOR
ALASONATTI PRIMER PREFECTO Y ECONOMO -EXIMIAS
VIRTUDES DE ESTE SACERDOTE
A principios de agosto don Bosco había solicitado
del Rey alguna ayuda, y he aquí la respuesta que
recibió.
Secretaría Real del Gran Magisterio de la Orden
de San Mauricio y de San Lázaro.
Turín,
15 de agosto de 1854
Verdaderamente en este año de extraordinarias
necesidades, la Orden de San Mauricio, que ha
decidido también distribuir extraordinarios
socorros para resolver nuevas e inesperadas
calamidades, no se encuentra en condiciones de
ayudar repetidamente a un mismo instituto.
Sin embargo, considerando que, al par que la
carestía de víveres aumenta sensiblemente los
gastos de mantenimiento de los muchachos
abandonados que tiene albergados, sigue usted
aumentando notablemente el número de éstos, he
juzgado oportuno, por esta vez, derogar las normas
establecidas y proponer a S.M. la concesión de un
subsidio especial en pro de esa piadosa Obra.
((**It5.68**))
Habiéndose dignado Su Majestad el Rey asignar para
tal fin la cantidad de 250 liras, tengo el honor
de comunicárselo para su norma, mientras le
ofrezco la expresión de mi atenta consideración.
Por el
primer Secretario de S.M.
El
Primer Oficial
SOMIS DE CHlAVRlE
Pero don Bosco no sólo necesitaba dinero. Desde
1853 pesaban sobre él graves cuidados y no podía
él solo atender a las necesidades morales y
materiales de la dirección interna de la casa, que
adquiría mayores proporciones. Mas el Señor le
ofrecía muy a tiempo quien sería su brazo derecho,
el valiente e inteligente sostén de la obra de los
Oratorios. Ya don Bosco había puesto sus ojos en
un sacerdote de Avigliana, don Víctor Alasonatti,
muy amigo de don Francisco Giacomelli
(**Es5.61**))
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