((**Es5.609**)
Sonrió el Santo Padre al oír esta respuesta y
le preguntó otras cosas referentes a los
muchachos, a los clérigos y a los Oratorios, de
los que ya estaba informado. Preguntóle el número
y nombre de los sacerdotes que lo ayudaban y de
los que colaboraban en la publicación de las
Lecturas Católicas. Dirigiéndose luego al clérigo
Rúa, le preguntó si ya era sacerdote, a lo que él
respondió:
-Santidad, todavía no, soy solamente clérigo y
curso tercero de teología.
->>Qué tratado estudiáis?
((**It5.858**))
-Estudio el tratado de Baptismo y de
Confirmatione.
Y mientras quería terminar la lista de los
otros, el Papa observó:
-Este es el tratado más fácil.
Y dirigiéndose de nuevo a don Bosco, le dijo
con aire sonriente:
-Recuerdo el obsequio que me mandasteis a Gaeta
y los delicados sentimientos con que aquellos
jóvenes lo acompañaban.
Don Bosco aprovechó la ocasión para asegurarle
la adhesión de todos sus muchachos a su sagrada
persona y le rogó aceptara una prueba con los
ejemplares de las Lecturas Católicas.
-Santidad, le dijo; os ofrezco una colección de
todos los folletos publicados hasta ahora, y lo
hago en nombre de la Dirección; la encuadernación
es trabajo de los muchachos de nuestra Casa.
->>Cuántos son esos muchachos?
-Santidad, los muchachos de la casa son casi
doscientos, los encuadernadores, quince.
-Pues bien, respondió; quiero enviar una
medalla a cada uno.
Entró en la habitación contigua, y volvió al
instante con quince medallas de la Inmaculada
Concepción.
-Estas son para los encuadernadores, dijo a don
Bosco mientras se las entregaba.
Y dirigiéndose luego al clérigo Rúa, le dio una
más grande diciendo:
-Esta es para vuestro acompañante.
Después, vuelto nuevamente a él, le entregó una
cajita, en la que había otra un poco mayor,
diciendo:
-Y ésta para vos.
Como se arrodillaron para recibir los preciosos
regalos, el Santo Padre les dijo que se
levantaran.
Creyendo que ellos quisieran marcharse, iba Pío
IX a despedirlos, cuando don Bosco empezó a decir:
-Santidad, tendría algo particular que
comunicarle.
-Muy bien, respondió el Papa.
(**Es5.609**))
<Anterior: 5. 608><Siguiente: 5. 610>