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el catecismo, el libro de las máximas eternas y la
historia sagrada eran las materias de enseñanza.
En resumidas cuentas, encontró que aquella escuela
funcionaba según la finalidad de las escuelas
gratuitas, dirigidas esencialmente a apartar a los
chicos de los peligros de la calle, a instruirlos
en las verdades de la fe y en los preceptos de la
moral cristiana, a proporcionarles los
conocimientos más acomodados a su condición, sin
pretensiones de sacar de ellos sabiondos y
desambientados, que terminan siendo ambiciosos y
soberbios, inútiles para sí mismos y hasta
perjudiciales para la sociedad civil. Tales eran
también las escuelas nocturnas, diurnas y
dominicales organizadas para los externos y
obreritos de nuestro Oratorio.
Aquella misma tarde, a las cuatro y cuarto,
asistió don Bosco a una Conferencia de San Vicente
de Paúl, bajo el título de San Nicolás, presidida
por el egregio ((**It5.838**)) marqués
Patrizi. Invitado a dirigir la palabra a los
Socios, don Bosco pronunció un discursito
exhortándoles a cultivar fervorosamente el
espíritu de las Conferencias, pero mirando y
promoviendo como una obra predilecta el patronato
de los muchachos pobres y abandonados. Les contó
cómo hacía ya algún tiempo que, con la ayuda del
ilustre conde Cays, se habían establecido en los
Oratorios festivos de Turín, con los muchachos
mayores, algunas conferencias con el título de
Conferencias anejas:demostró cómo la finalidad de
éstas era la de ejercitar a la juventud, por algún
tiempo, en obras de caridad entre las familias más
necesitadas y por este medio convencerlas de que
tenían que enviar a sus propios hijos a la
catequesis.
Le escucharon con entusiasmo, y los Socios
prometieron hacer lo mismo con los jóvenes de las
escuelas nocturnas de Roma y le invitaron a
visitarlas él mismo para proceder a la selección
de algunos alumnos que formaran el primer grupo de
una Conferencia aneja.
Después de esta explicación e intercambio de
ideas, se pasó a las consabidas relaciones de las
visitas hechas, al examen de las nuevas
solicitudes de ayuda, y a la deliberación de las
cantidades y bonos a distribuir. A don Bosco le
pareció que se daba mucho a los pobres, pero no
con la regularidad y distribución que abre camino
para favorecer material y espiritualmente a un
mayor número de familias, fin principal de la
Sociedad: mas comprendió fácilmente que la
generosidad de los Papas y de cien obras pías en
favor de los pobres no permitía, por razón de
costumbre y comparaciones, limosnas más pequeñas.
La conferencia se había alargado y se hacía de
noche. Don Bosco salió de ella muy satisfecho pero
como ((**It5.839**)) la
distancia desde aquel
(**Es5.595**))
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