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((**Es5.562**) 10. Durante las funciones, no se esté distraído sino atento a las órdenes del Maestro de Ceremonias. 11. Nadie salga del presbiterio durante las funciones sagradas. 12. Terminadas las funciones, no hay que amontonarse en la escalera; cada cual coloque juntamente con su compañero el bonete en el número señalado, lo mismo la sotana y el alzacuello y entregue al encargado el roquete. ((**It5.790**)) 13. Si alguno no puede asistir a las funciones, avise al encargado. 14. Cuando se va a actuar fuera de casa, demuestre cada cual que es un muchacho bien educado. 15. Si sucediere algún inconveniente, no se murmure; sino preséntese la dificultad al Presidente. 16. Deben comprometerse todos a mantener en alto el honor de la Compañía con su buena conducta y la frecuencia de los santos sacramentos. 17. Si el Presidente lo creyere conveniente, podrá expulsar a los que no fueren dignos, por sus malas calificaciones o cualquier otro motivo. 18. Cumpla cada cual este pequeño Reglamento y será consolador el comportamiento de los socios y serán más abundantes las bendiciones que el Señor derramará sobre la Compañía. Ad majorem Dei gloriam. (A la mayor gloria de Dios) Don Bosco añadió a este reglamento una norma práctica para el Presidente, a fin de que no flaquease el espíritu de piedad y se pudiesen corregir con éxito las faltas que en el servicio del altar pudieran cometerse por ligereza. Estaba expresada en estos términos: <>. El Clero Infantil, desde entonces, era ornamento predilecto de las solemnidades del Oratorio y una válida ayuda para varias parroquias e instituciones de Turín que, por falta de servicio religioso, no hubieran podido celebrar decorosamente sus fiestas. Durante la Semana ((**It5.791**)) Santa, una vez separados los destinados a las funciones de la Casa, los demás, divididos en pequeños grupos, salían a servir a veces sucesivamente, en varias iglesias. Y aún hoy se sigue esta piadosa tradición. Esta Compañía, que dio a la Iglesia bastantes ministros del altar, le costó mucho al buen Bongiovanni: lo sabe bien su ángel custodio, que iba contando todos sus afanes y sus buenos pensamientos. Y las dificultades que tuvo que superar para animar a los buenos y (**Es5.562**))
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