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nientemente las ceremonias litúrgicas, tenían que
ayudar por turno a la santa misa en los días
festivos, asistir en coro a las funciones sagradas
en el presbiterio en las principales solemnidades
del año, siempre revestidos con sotana y roquete.
Si hacía falta, ayudaban también como
ceroferarios, acólitos, turiferarios,
cruciferarios y maestros de ceremonias, en la misa
solemne, las vísperas, la bendición con el
Santísimo Sacramento, las procesiones y todas las
funciones de la Semana Santa y los oficios de
difuntos y exequias.
La dirección de este clero estaba confiada a un
sacerdote experto, celoso y de buen espíritu, que
de ordinario era el Catequista del Oratorio. Para
el desempeño de sus atribuciones podía servirse de
los mayores, confiando a uno la conservación de
las sotanas y roquetes, a otro la disciplina
durante las funciones como maestro de ceremonias.
El primer director o presidente fue,
excepcionalmente y por méritos propios, el mismo
José Bongiovanni, quien, ya entonces, y más aún de
sacerdote, fue celosísimo en instruir con sus
conferencias y sermones primero a los muchachos, y
después al pueblo, contra los errores de los
protestantes ((**It5.789**)) y sobre
todo defendiendo, de la forma más atractiva y
persuasiva, la verdad católica de la presencia
real de Jesucristo en la Eucaristía.
Al mismo tiempo supo inculcar a su joven clero
un aire tal, que nadie les hubiera tomado por
muchachos de la calle, cuando aparecían en los
ritos sagrados revestidos de sotana y roquete en
la iglesia o en las procesiones por la ciudad; tan
grande era la modestia de sus ojos y la gravedad
de su porte.
He aquí el Reglamento del Clero Infantil,
aprobado y corregido por don Bosco:
1. El presidente de la Compañía del Santísimo
Sacramento, elegirá, previa solicitud entre los
socios de la misma, a los jóvenes mayores y más
ejemplares, y los admitirá en el Clero Infantil.
2. Los socios sean puntuales al toque de
campana.
3. Procuren no armar bulla en la escalera.
4. En la sala del Clero Infantil debe guardarse
silencio absoluto y prestar atención a la lectura.
5. Ninguno debe tomar la sotana, el bonete, ni
el alzacuello de los demás; ni hurgar en los
armarios: si faltare alguna cosa, pídase al
encargado de ello.
6. Todos se someterán al distribuidor de los
roquetes, del desayuno y de la merienda.
7. Está prohibido ir a la sala del Clero
Infantil fuera de tiempo.
8. En la sacristía esté cada cual con
recogimiento y en su sitio.
9. Al salir al altar, evítese toda afectación y
precipitación.
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