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CAPITULO VII
NUEVAS PENURIAS EN EL ORATORIO -CIRCULARES PARA
OTRA TOMBOLA -RATTAZZI Y EL ALCALDE DE TURIN
ACEPTAN BOLETOS -UN CONFESOR INESPERADO -SORTEO DE
LA RIFA -EJERCICIOS ESPIRITUALES PARA ALUMNOS
EXTERNOS -LA EXPOSICION DE LAS CUARENTA HORAS EN
EL ORATORIO DE SAN FRANCISCO -GLOBO DE FUEGO EN EL
CAMPO DE LOS SUEÑOS -INDICACIONES DE LA
EXPERIENCIA PARA PREVENIR INCONVENIENTES EN LAS
FIESTAS -FIESTA DE SAN LUIS -LECTURAS CATOLICAS
DEJABASE sentir en el Piamonte la penuria, a causa
de la escasez de las cosechas y la subida de los
precios de las mercancías, originada por la guerra
de Oriente. El año 1853, el Zar Nicolás I, con el
oculto propósito de adueñarse de Constantinopla,
intimó al Sultán que le confiara la tutela
exclusiva de todos los súbditos griegos de los
dominios turcos y proclamara la supremacía de las
Iglesias Griegas sobre la Iglesia Latina. Rehusó
el Sultán, y entonces las tropas rusas invadieron
y ocuparon los principados de Valaquia y Moldavia
en julio, y en noviembre destruyeron en el puerto
de Sinop la escuadra mahometana. En el año 1854
asediaban la fortaleza de Silistra, junto al
Danubio, en la frontera de Bulgaria, pero no
conseguían ((**It5.59**))
reducirla. Mientras tanto, la guerra impedía el
transporte de cereales desde el mar Negro hasta
Italia.
Disminuía en consecuencia la caridad y don
Bosco, previendo que sus asilados podían sufrir
las consecuencias, acudió de nuevo a las pequeñas
ayudas de muchos, mediante una rifa de los objetos
sobrantes de la tómbola precedente. En cuanto
recibió la autorización de la Autoridad civil,
montó la rifa en la calle de Santa Clara y expuso
los premios en unos locales del convento de los
padres dominicanos. Cada boleto costaba veinte
céntimos. Los muchachos mayores se turnaban para
vigilar los distintos salones. Y don Bosco, con el
precio de los billetes vendidos por todas partes
con no pocos trabajos y fatigas, conseguía cubrir
las necesidades vitales de su familia.
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