((**Es5.537**)
Se ruega a todos los periódicos amantes de la
beneficencia pública, quieran insertar en sus
columnas esta comunicación.
JUAN BOSCO, Pbro.
Director.
Una vez que los estudiantes estuvieron
organizados de forma que podían atender a sus
lecciones, sin molestias, también a los artesanos
no se les daba la instrucción elemental necesaria
mientras aprendían su oficio. El teólogo Jacinto
Ballesio, escribió en su oración fúnebre: Vida
íntima de don Juan Bosco los siguientes párrafos:
<>.
((**It5.756**)) Don
Bosco animaba a los artesanos haciéndoles ver la
seguridad de un futuro espléndido también para
ellos. Les prometía que los pobres locales, donde
ahora trabajaban, serían sustituidos por amplios
salones, en nada inferiores a los mejores talleres
de los más famosos establecimientos; y, ya desde
1856, empezó a hablar de exposiciones artísticas
que se harían con sus mejores trabajos, en todas
las ramas de lo oficios que ellos cultivaban. Don
Miguel Rúa fue testigo de estas descripciones
hechas por don Bosco durante años. Sus promesas
parecían fábulas, y en cambio fueron realidad.
Pero ícuánto debió trabajar para alcanzar la
cumbre que deseaba! El mismo contó sus
vicisitudes.
Desde el momento en que empezó a montar los
talleres en casa, se dio a estudiar cuáles serían
los medios para que la dirección fuera menos
pesada y embarazosa, y cómo interesar a los jefes
de taller
(**Es5.537**))
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