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meses más tarde se confiaba el grupo de los más
pequeños por algún tiempo al maestro Miglietti,
quien, ayudado por don Bosco, abrió depués en casa
Belleza unas clases para muchachos que no reunían
las condiciones para ser admitidos en el Oratorio.
Don Bosco procuraba que los alumnos externos
tuvieran comodidad para confesarse a menudo y
fijaba el martes santo para los que eran admitidos
a la primera comunión por Pascua.
En cuanto a los alumnos internos, el clérigo
Francesia se encargaba de la primera clase
gimnasial o de bachillerato, el clérigo Turchi de
la segunda, y el profesor Ramello de la tercera.
Este último era profesor oficial diplomado,
inspector escolar, y aunque suspendido a divinis
por su Obispo, mas no por motivos deshonrosos,
había cambiado de conducta y había sido
rehabilitado por mediación de don Bosco. Era un
hombre de mucho ingenio y ((**It5.754**))
erudición y se puso bajo la dirección de don
Bosco, al que obedecía y profesaba gran veneración
y afecto. Estuvo más de un año en el Oratorio,
hasta que, arreglada una vivienda en la ciudad,
para continuar de nuevo la enseñanza en las
escuelas nacionales, fue llamado por Dios a la
eternidad.
Una vez que tuvo abiertos los cursos del
gimnasio inferior o bachillerato elemental,
entonces, ya fuera para apartar de ellos la
atención de gente interesada en molestar a los
demás, ya fuera para confirmar públicamente que la
finalidad del internado de Valdocco no había
cambiado, el 7 de noviembre de 1857, publicaba en
Armonía, un artículo titulado: Oratorio masculino
de Valdocco.
Las numerosas solicitudes que cada día se hacen
para la admisión de muchachos en esta casa llamada
Oratorio de San Francisco de Sales, en Valdocco,
barrio de esta ciudad, han determinado al abajo
firmante a publicar las condiciones de admisión,
para evitar gastos y molestias inútiles a los
interesados y a la misma Casa. Para que un
muchacho pueda ser admitido en ella, ha de reunir
las siguientes condiciones, determinadas por el
mismo reglamento de la Casa:
1) Que el muchacho tenga doce años cumplidos y
no pase de los dieciocho.
2) Que sea huérfano de padre y madre, no tenga
hermanos, hermanas u otros parientes que puedan
atenderlo.
3) Totalmente pobre y abandonado. En caso de
darse las demás condiciones, si el muchacho
poseyera algo, deberá llevarlo consigo a la Casa y
se empleará en beneficio suyo, porque no es justo
viva de la caridad de los demás quien puede vivir
de lo suyo.
4) Que esté sano y robusto; no tenga ninguna
deformidad en su persona, ni sufra enfermedad
repugnante o contagiosa.
5) Serán admitidos preferentemente los que
asisten al Oratorio de San Luis, del Santo Angel
Custodio y de San ((**It5.755**))
Francisco de Sales; pues esta casa está
especialmente destinada a recibir a los muchachos
totalmente pobres y abandonados.
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