((**Es5.51**)
llamado represivo y otro preventivo. El primero se
propone educar al hombre por la fuerza, la
reprensión y el castigo, cuando falta a la ley y
comete un delito. El segundo procura educar con la
dulzura, y por eso le ayuda suavemente a cumplir
con la ley y le ofrece los medios más apropiados y
eficaces para conseguirlo, y éste es precisamente
el sistema vigente entre nosotros. Aquí, ante
todo, se procura infundir en el corazón de los
muchachos el santo temor de Dios; se les inspira
amor a la virtud y horror al vicio, enseñándoles
el catecismo y dándoles ((**It5.53**))
oportunas instrucciones morales; se les encamina y
ampara por el sendero del bien con precisos y
amables avisos y sobre todo con las prácticas de
piedad y religión. Además, se les rodea, en lo
posible, de una amable asistencia durante el
recreo, en la clase, en el trabajo; se les anima
con palabras de comprensión, y en cuanto dan
señales de olvidar sus propios deberes, se les
recuerdan con buenas maneras y se les anima con
sanos consejos. En una palabra, se utilizan todas
las industrias, que sugiere la caridad cristiana,
para inducirlos al bien y apartarlos del mal, con
una conciencia iluminada y sostenida por la
religión.
-Desde luego, éste es el sistema más adecuado
para educar a seres racionales; pero, >>resulta
eficaz con todos?
-Con el noventa por ciento este sistema da
resultados consoladores; con el otro diez por
ciento ejerce también tan saludable influencia,
que los hace menos rebeldes y menos peligrosos; de
aquí que, rara vez sucede que haya que expulsar a
alguno por indomable o incorregible. Tanto en este
Oratorio como en los de Puerta Nueva y Vanchiglia,
se presentan, o les presentan, muchachos que, por
su mala índole o por rebeldía y aún por malicia,
han sido la desesperación de sus padres y de sus
jefes y, al cabo de unas semanas, no parecen los
mismos; de lobos, por así decir, se convierten en
corderos.
-Lástima que el Gobierno no pueda adoptar este
método para sus correccionales, en donde hay que
tener cientos de guardias para evitar desórdenes,
y los detenidos se hacen peores cada día.
->>Y qué es lo que impide al Gobierno adoptar
este sistema en sus correccionales? Introdúzcase
en ellos la religión, fíjese el tiempo necesario
para la enseñanza ((**It5.54**))
religiosa y las prácticas de piedad; den a éstas
los dirigentes la importancia que merecen; déjese
entrar a menudo al ministro de Dios y permítasele
alternar libremente con esos infelices y decirles
una palabra de amor y de paz, y entonces el
sistema preventivo será pronto adoptado. Al poco
tiempo, los guardias tendrán muy poco o nada que
hacer, y el Gobierno experimentará
(**Es5.51**))
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