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de los muchachos al saber que había ido a confesar
a Margarita el teólogo Borel, su director
espiritual; inmenso su dolor cuando le
administraron el Santo Viático.
Entonces advirtió Margarita toda la gravedad de
su mal y quiso dar lo últimos consejos a sus
hijos. Quedóse a solas con don Bosco y le dijo:
-Lo que te voy a decir te lo digo con la misma
sinceridad que si te lo manifestara en confesión,
para que puedas conocer mejor la situación del
Oratorio. Ten mucha confianza con los que trabajan
contigo en la viña del Señor, pero sólo en aquello
que estés seguro que es para la gloria de Dios.
Fíjate bien en que muchos buscan su interés más
que la gloria de Dios. Yo tengo que partir y he de
dejar todo lo del internado en otras manos; es un
cambio que puede tener desagradables
consecuencias, pero la Virgen seguirá ((**It5.562**)) guiando
tus cosas. No busques lujo ni magnificencia en tus
obras. Busca la gloria de Dios, y pon como base la
pobreza real. Tienes algunos a quienes les gusta
la pobreza para los otros, mas no para sí mismos.
La enseñanza más eficaz es hacer lo que se manda a
los demás. Que tu familia se mantenga en su propia
condición, la de la pobreza, y esto les hará mucho
bien.
Al llegar aquí empezó a hablar de un sinfín de
cosas confidenciales, relativas al Oratorio, y con
tanto acierto que don Bosco quedó maravillado al
ver tan singular agudeza. Le aseguró que los
clérigos Rúa, Cagliero, Durando y Francesia serían
sus valiosos y fieles ayudantes. De otros le
repitió que no se fiara. De los dos hermanos
Fer... le dijo:
-Atento, porque éstos quieren aprovechar tu
ayuda todo lo que puedan y nada más.
Finalmente se encomendó a las oraciones de
todos los sacerdotes, clérigos y muchachos de la
casa, y terminó asegurando que, si era recibida en
la gloria, por la misericordia del Señor, le
rogaría continuamente por el Oratorio. Luego
pareció entrar en un ligero delirio y pronunció
unas palabras aparentemente incoherentes.
-Ahora, decía mirando fijamente al rostro de
don Bosco, haces lo que no sabes y lo que no ves;
pero verás y lo sabrás cuando hayas tomado la luz
de la Estrella.
También habló un rato con su hijo José:
-Hijo mío, José, le dijo; tengo que dejarte a
ti y a tu familia.
Siempre he hecho lo que he podido y creo que todos
me habéis correspondido. Procura que tus hijos se
conserven en la posición en que Dios los ha
colocado, a no ser que aspiren al estado religioso
o
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