((**Es5.396**)((**It5.557**)) Y los
muchachos del Oratorio entregaban a don Bosco para
que los quemara los libros y periódicos
corruptores que encontraban en sus casas o les
regalaban. Destruyó muchos, mientras seguía
trabajando en la edición de libros buenos. En
efecto, la imprenta de F. Tea en Ivrea, tenía
preparado para el mes de diciembre el volumen de
las Lecturas Católicas: El Angel custodio de la
infancia; pensamientos sacados del libro de
Claudio Arvisenet, canónigo y vicario general de
Troyes. Es un libro que conduce al niño, a base de
sentencias y ejemplos, a través de las incidencias
del día y el ejercicio de las prácticas de piedad;
contiene también un resumen de las pruebas sobre
la veracidad de nuestra santa religión, en forma
de diálogo, sacadas del Antiguo y del Nuevo
Testamento, y al fin, unas oraciones muy cortas,
para diversas ocasiones.
Don Bosco seguía escribiendo libros: ya hemos
dicho que cuatro imprentas trabajaban para él.
Monseñor Bertagna describe así su laboriosidad.
<>.
In eo quod amatur, aut non laboratur, aut labor
ipse amatur, dice un gran santo. (Cuando se ama, o
no se sufre, o se ama el sufrimiento mismo).
((**It5.558**)) Pero en
medio de tantos trabajos y tantos motivos de
alegría, llegó un fuerte motivo de lágrimas.
El cinco de noviembre, a los 28 años de edad,
moría don Francisco Rossi, director hacía tres
años del Oratorio de San Luis Gonzaga en Puerta
Nueva. Era un hombre de índole vivaz e ingeniosa;
de sólida piedad y amplios conocimientos
literarios, filosóficos y teológicos; alegre con
todos, afable, respetuoso, complaciente y
compasivo. Su interés por la juventud abandonada
no tenía límites. Predicación, catequesis,
conferencias, confesiones, advertencias,
correcciones, todo lo hacía él para los chicos del
Oratorio.
Lo mismo se le veía yendo en busca de un
patrono para colocar a un muchacho sin trabajo,
que recomendando paciencia al jefe o diligencia al
aprendiz o llevando comida y vestido, a
escondidas,
(**Es5.396**))
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