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algo más de lo que había visto hasta entonces en
los demás sacerdotes. Mi persuasión fue la misma
de muchísimos compañeros míos: que don Bosco era
una persona extraordinaria y santa; y fue
creciendo en mí la idea a medida que pude tratarlo
de cerca, gozar de su conversación, escuchar sus
consejos particulares y generales, y sobre todo,
lo que me decía en la confesión, que siempre
tendía a la gloria de Dios y al bien de mi alma
mediante la frecuencia de la santa comunión.
Admiré después en él su humildad al escoger como
objeto especial de sus cuidados a los chicos del
Oratorio festivo desharrapados, maleducados, casi
siempre sucios y cargados de miseria. Recuerdo, y
fue mi primera y más fuerte impresión, después de
mi ingreso en el Oratorio, que fui a confesarme
con él con otros externos y lo vi rodeado de un
montón de éstos, uno de los cuales olía
repugnantemente.
>>Parecía que él gozaba de encontrarse en
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de ellos. Lo vi en los días festivos, y a veces
también entre semana, cercado de centenares de
muchachos díscolos e indisciplinados, a los cuales
iba dominando poco a poco y haciéndolos buenos y
fervorosos cristianos. Le gustaba y se complacía
en llamarse jefe de los pilluelos de Turín. Para
ganárselos y lograr que acudieran al Oratorio, los
atraía con buenas maneras doquiera los encontrase,
y luego, con las clases nocturnas, las
diversiones, la música, las representaciones
teatrales, los piscolabis, los regalos de dulces y
los juegos de prestidigitación y de destreza que
él mismo hacía, los alejaba del vicio, los guiaba
a la virtud y a la frecuencia de los sacramentos,
a cuyo fin se prestaba con sumo gusto y buen humor
con los muchachos que la Providencia le
encomendaba. No se cuidaba de sí mismo, ni de su
salud; aún con fiebre, atendía a sus diarias
ocupaciones, a la catequesis, a la predicación,
como lo hubiera hecho otro en perfecto estado de
salud>>.
Añadimos a este testimonio el de Domingo
Bongiovanni.
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admiraba a don Bosco siempre sereno, tolerante y
alegre. Se decía que tenía un carácter ardoroso y
absoluto; y a mí me parecía
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