((**Es5.389**)
VIII. Non furtum facies. (Ex. XX-15).
No robarás.
Neque fures neque avari regnum Dei possidebunt.
(I. Cor. VI-10).
Los ladrones y los avaros no poseerán el reino
de Dios.
IX. Non loqueris contra proximum tuum falsum
testimonium. (Ex. XX-16).
No darás testimonio falso contra tu prójimo.
Os quod mentitur occidit animam. (Sab. I-11).
La boca mentirosa da muerte al alma.
X. Non desiderabis uxorem proximi tui. (Ex.
XX-17).
No codiciarás la mujer de tu prójimo.
Qui viderit mulierem ad concupiscendam eam, jam
moechatus est eam in corde suo. (Mat. V-28).
El que mira a una mujer deseándola, ya cometió
adulterio con ella en su razón.
XI. Non concupisces domum aut servum proximi
tui. (Exo. XX-17).
((**It5.547**)) No
codiciarás la casa de tu prójimo, ni su siervo.
Qui volunt divites fieri incidunt in tentationem
et in laqueum diaboli. (I ad Tim.VI-9).
Los que quieren enriquecerse caen en la
tentación y en el lazo del demonio.
Al pie de la escalera central, a la izquierda,
había un cepillo con este letrero:
LIMOSNAS PARA EL ORATORIO
Eleemosyna a morte liberat et purgat peccata et
facit invenire misericordiam et vitam aeternam.
(Tob. XII-9).
La limosna libra de la muerte y purifica de
todo pecado y lleva a la misericordia y a la vida
eterna.
Don Bosco quedó muy satisfecho cuando Enría
acabó de pintar estas s.
Solía explicarlas brevemente durante la
platiquita de la noche; y cuando paseaba con algún
forastero bajo el pórtico, se deleitaba a menudo
leyendo aquellas máximas bíblicas que calificaba
como artículos de su código y que constituían,
según él decía, el arte de bien vivir y bien
morir.
También el teólogo Borel quedó plenamente
satisfecho del nuevo edificio. Fue un día a
visitarlo, y dijo luego al clérigo Rúa:
-Veo que se va cumpliendo lo que don Bosco me
aseguraba cuando se le tildaba de loco. Me decía,
ya entonces, que veía su Oratorio; y yo lo
contemplo ahora cabalmente de la misma forma que
él me lo describía.
>>Y el montón de tierra sobre el que don Bosco
decía que se levantaría el altar mayor de la
iglesia de San Francisco de Sales?.
Pasaron siete años y siempre veíamos allí aquel
montón. Desapareció finalmente aquella tierra y en
su lugar íse levantó el altar predicho!
(**Es5.389**))
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