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((**Es5.383**) teatrales y veladas en los años anteriores, y seguiría haciéndolo en los venideros. Tomatis, Cerutti y Bersano tocaban estos instrumentos con maestría, y lo mismo interpretaban fantasías que acompañaban romanzas o cantaban ellos mismos trozos de ópera, elegidos entre los mejores. Cuando, por el número, no podían alojarse todos con don Bosco, alguno de ellos se albergaba en casa de los buenos vecinos. Durante los primeros años acudían a I Becchi algunos muchachos de Asti, de Chieri, de Buttigliera, de Castelnuovo, de Capriglio, de Mondonio y otros pueblos para asistir a la fiesta. Se alojaban en las alquerías y caseríos de los alrededores, y, cuando allí no había sitio, los de los pueblos lejanos buscaban alojamiento en Castelnuovo, y recorrían mañana y noche el largo camino que llevaba a I Becchi. Don Bosco hacía que les prepararan un buen plato de polenta y su ración de carne. Aquellos buenos chicos se merecían tal atención, ((**It5.538**)) porque participar en la fiesta con don Bosco equivalía a ir a confesarse y comulgar. Entre muchas otras cartas que llegaron a I Becchi, recibió don Bosco una procedente de Sanfront, escrita por un estudiante de tercer curso de latín, hijo del abogado Roggeri. Don Bosco le contestó: Turín, 8 de octubre de 1856 Muy apreciado Pepito: Has hecho bien en escribirme. He recibido un gran placer con ello. Cuando el altarcito esté a punto, iré a predicaros un sermoncito, tal y como lo prometí, y entonces charlaremos de nuestra amistad y de nuestros asuntos particulares. >>Recuerdas el contrato que hemos estipulado y cerrado los dos? Hemos de ser amigos y estar siempre unidos para amar a Dios con un sólo corazón y una alma sola. La satisfacción que, según me dices, experimentas ocupándote en cosas sagradas es cosa buena, y quiere decir que Dios te ama y que tú también tienes que empeñarte en amarlo. Quiere significar, además, otra cosa que me reservo para decírtela cuando vengas a Turín. Me darás una gran satisfacción, si saludas a papá y a mamá de mi parte; saluda también al señor Vicario y haz una caricia a tu hermanito. Que Dios os conceda salud y gracia, y si quieres ser amigo mío, ve a rezar una Salve a la Virgen por mí, que de veras soy tu, Afmo. amigo JUAN BOSCO, Pbro. Unos días después de la fiesta del Rosario, don Bosco dejaba I Becchi. Al pasar por Chieri, generalmente se acercaba a Moncucco, a dos millas de distancia, para visitar a la ((**It5.539**)) familia Moglia, en cuya casa había servido como criado. Su humildad le hacía conservar (**Es5.383**))
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