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teatrales y veladas en los años anteriores, y
seguiría haciéndolo en los venideros. Tomatis,
Cerutti y Bersano tocaban estos instrumentos con
maestría, y lo mismo interpretaban fantasías que
acompañaban romanzas o cantaban ellos mismos
trozos de ópera, elegidos entre los mejores.
Cuando, por el número, no podían alojarse todos
con don Bosco, alguno de ellos se albergaba en
casa de los buenos vecinos. Durante los primeros
años acudían a I Becchi algunos muchachos de Asti,
de Chieri, de Buttigliera, de Castelnuovo, de
Capriglio, de Mondonio y otros pueblos para
asistir a la fiesta. Se alojaban en las alquerías
y caseríos de los alrededores, y, cuando allí no
había sitio, los de los pueblos lejanos buscaban
alojamiento en Castelnuovo, y recorrían mañana y
noche el largo camino que llevaba a I Becchi. Don
Bosco hacía que les prepararan un buen plato de
polenta y su ración de carne. Aquellos buenos
chicos se merecían tal atención, ((**It5.538**)) porque
participar en la fiesta con don Bosco equivalía a
ir a confesarse y comulgar.
Entre muchas otras cartas que llegaron a I
Becchi, recibió don Bosco una procedente de
Sanfront, escrita por un estudiante de tercer
curso de latín, hijo del abogado Roggeri. Don
Bosco le contestó:
Turín, 8 de octubre de 1856
Muy apreciado Pepito:
Has hecho bien en escribirme. He recibido un
gran placer con ello. Cuando el altarcito esté a
punto, iré a predicaros un sermoncito, tal y como
lo prometí, y entonces charlaremos de nuestra
amistad y de nuestros asuntos particulares.
>>Recuerdas el contrato que hemos estipulado y
cerrado los dos? Hemos de ser amigos y estar
siempre unidos para amar a Dios con un sólo
corazón y una alma sola.
La satisfacción que, según me dices,
experimentas ocupándote en cosas sagradas es cosa
buena, y quiere decir que Dios te ama y que tú
también tienes que empeñarte en amarlo. Quiere
significar, además, otra cosa que me reservo para
decírtela cuando vengas a Turín.
Me darás una gran satisfacción, si saludas a
papá y a mamá de mi parte; saluda también al señor
Vicario y haz una caricia a tu hermanito.
Que Dios os conceda salud y gracia, y si
quieres ser amigo mío, ve a rezar una Salve a la
Virgen por mí, que de veras soy tu,
Afmo.
amigo
JUAN
BOSCO, Pbro.
Unos días después de la fiesta del Rosario, don
Bosco dejaba I Becchi. Al pasar por Chieri,
generalmente se acercaba a Moncucco, a dos millas
de distancia, para visitar a la ((**It5.539**)) familia
Moglia, en cuya casa había servido como criado. Su
humildad le hacía conservar
(**Es5.383**))
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