((**Es5.363**)
sufrimientos y otras causas. Murieron en el
Hospital del Cottolengo, durante los primeros
meses de 1856, Juan Picena, natural de Cremolino,
de diecisiete años, y Luis Pesciallo de Vacarezza,
de quince años; en el Hospital de San Mauricio
expiró Bernardo Raggi, de dieciséis años, y en
Cremolino otro Picena, hermano pequeño del arriba
nombrado. Don Bosco visitaba afectuosamente a los
alumnos que los médicos mandaban trasladar a los
hospitales y los preparaba para acabar santamente
su vida.
Terminado el año escolar, después de los
exámenes y de la distribución de premios, una
parte de los alumnos estudiantes iba a pasar las
vacaciones en su casa; don Bosco se cuidaba de que
no les faltara asistencia, y por eso les entregaba
una carta de presentación al párroco. He aquí el
contenido.
Ilmo. y Rdvmo. Señor:
Con todo respeto recomendamos a este nuestro
alumno a la benevolencia de su señor Párroco, a
quien rogamos humildemente tenga a bien asistirlo
durante las vaciones, y a su vuelta ((**It5.508**))
entregarle un certificado en el que conste:
1) Si, durante el tiempo que pasó en el pueblo,
recibió los santos sacramentos de la confesión y
comunión. 2) Si asistió a las funciones
parroquiales y si se prestó para ayudar a la santa
misa. 3 ) Si no ha andado con malos compañeros, ni
ha dado motivos de queja por su conducta moral.
Espero recibir buenas noticias de nuestro
alumno; damos a usted las gracias de todo corazón,
mientras nos honramos en profesarnos.
De V.M.R.S.
Atto. y seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Pero don Bosco no podía aguantar que hubiera
plazas libres en su Internado.
Su caridad con los jóvenes abandonados era tal,
que cuando se encontraba con uno, saltaba por
encima de ciertas normas de aceptación que él
mismo exigía ordinariamente, y, sin más, los
recibía como hijos que le presentaba la Divina
Providencia. Nos contaba Juan Villa:
<(**Es5.363**))
<Anterior: 5. 362><Siguiente: 5. 364>