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so pretexto de transmitir ideas de una política
falsa o principios de una hipócrita libertad, como
sucede a menudo con otros compiladores de
epílogos, resúmenes y compendios que corren por
Italia y ruedan todavía por muchas escuelas
((**It5.499**)) con
fama de buenos. A la veracidad de los hechos, a la
abundancia de la materia, a la nitidez del estilo
y a la simetría del orden, añade el autor una
calidad perfecta de doctrina y de máximas morales,
religiosas y políticas>>.1
Algún espíritu nostálgico dolióse de estas
alabanzas e iba divulgando en sus conversaciones
que ((**It5.500**)) don
Bosco había encontrado en la biblioteca de cierto
jesuita un manuscrito y lo había publicado con su
nombre. Don Bosco callaba, pero el profesor don
Mateo Picco salió por los fueros de la verdad:
-íQué jesuita, ni qué!, respondió a uno que le
contaba tan peregrina historia. Yo he visto uno
por uno todos los folios que don Bosco ha escrito.
Y los he visto mientras él los escribía. íAh! íSe
ve que usted no le conoce!
Don Bosco no tardó en hacer presentar al Sumo
Pontífice uno de los primeros ejemplares de esta
historia convenientemente encuadernada, y de Roma
le llegó la ansiada respuesta.
1 Armonía del 21 de octubre anunciaba de este
modo la Historia de Italia de don Bosco: -El
vergonzoso comercio que hace el conciliábulo de
necios de la instrucción pública de libros
tontamente emborronados y, lo que es peor,
contaminados a veces con máximas perversas,
dañosas para la juventud, nos hace sentir más
vivamente la satisfacción que hoy experimentamos
al tener en nuestras manos libros para dar a
conocer, adaptados a las necesidades de la
educación y de la instrucción de la parte más
querida de la sociedad que es la juventud. Es
sabido lo mal tratada que ha sido la Historia de
nuestra pobre Italia para sentir las iras más
desenfrenadas políticas y antirreligiosas.
El infatigable y celoso educador de la juventud
que todos conocemos, el sacerdote Juan Bosco,
dedicó también sus afanes a esta parte de la
instrucción, y acaba de entregarnos una Historia
de Italia contada a la juventud, desde sus
primeros habitantes hasta nuestros días, en un
volumen de casi seiscientas páginas en doceavo,
con un mapa geográfico de Italia. No queremos por
el momento hablar del mérito literario o
científico de la obra, puesto que un volumen de
seiscientas páginas no puede leerse de un tirón,
sobre todo para escribir de él un juicio sólido y
razonado; mas, para no diferir el dar a conocer
esta obrita a los educadores de la juventud y a
los padres de familia, recordaremos que el nombre
del autor, ya conocido por muchas otras obras,
todas destinadas a la instrucción de la juventud,
es prenda más que suficiente de la solidez de la
materia y de la conveniencia de la forma para la
finalidad que el libro se propone...
Estamos seguros de que los maestros, los padres
de familia y todos los que se preocupan por la
educación de la juventud estarán agradecidos al
ilustre sacerdote por haberse tomado el duro e
ingrato trabajo de preparar una historia de
nuestra patria, que pueda leer la juventud con
verdadero provecho y sin daño alguno. La Historia
de Italia de don Bosco ha sido bien recibida por
muchas casas de educación y varios colegios y
seminarios menores, y tomada como texto para
ponerlo en manos de los alumnos.
No dudamos que no pasará mucho tiempo sin que
esto se generalice en los centros educativos de
nuestra patria.
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