((**Es5.34**)
Así las cosas, creo lo mejor que V.S. mande una
persona para ello, la cual señale los límites a
que ((**It5.29**)) debemos
atenernos, y aquí, en el lugar mismo, lo
arreglaremos todo; porque tengo verdadero gusto y
ganas de que este proyecto se lleve a término.
Finalmente, le hago notar que hay una persona
que espera el resultado de todo esto para comprar
un terreno que yo podré venderle. Que si
pudiéramos empezar a reunir materiales ahora,
tendríamos facilidad para conseguir un descuento
del quince por ciento, lo que sería imposible a
fines de abril.
Esto es cuanto me dicta el corazón, como
respuesta a su venerada carta, siempre dispuesto a
seguir los paternales consejos que V.S. me
sugiera, porque no se trata de ninguna ventaja
temporal para el Instituto o el Oratorio, sino de
promover la gloria de Dios y la salvación de las
almas.
Que el Señor bendiga a V.S. y a su benemérito
Instituto y, mientras le deseo las mejores
bendiciones del cielo, me encomiendo a sus
valiosas oraciones y, en cuanto puedo, quedo a su
disposición.
De V. S. Ilma. y Rvdma.
Turín,
24 de febrero de 1854
Afmo.
in C.J.
JUAN
BOSCO, Pbro.
El abate Rosmini correspondía a ésta con la
siguiente carta:
Stresa, 2 de marzo de 1854
Querido y Rvdo. Señor y Hermano in C.J.:
Su apreciada carta me hace cavilar mucho,
porque aunque sea mi intención, por ahora,
construir solamente un brazo de edificio,
suficiente para el fin propuesto, sin embargo,
tengo miedo de que alguien, pueda decir: <>. (Empezó a
edificar y no pudo acabar). Por tanto, rogaría a
usted se decidiese a ayudarme un poco más de lo
que me ofrece. Le propongo, pues, lo siguiente: yo
compraría la parte de Coriasco, nada más, y usted
devolvería algo de las veinte mil liras, quedando
en firme las demás condiciones para el resto.
((**It5.30**)) En
cuanto al precio a convenir con el señor Coriasco,
confío en usted. A razón de 350 liras la tabla, el
terreno no puede pasar de 3.500 liras, más la
construcción que no sé cuánto pueda valer. Pero,
en fin, estoy convencido de que usted buscará
nuestro común beneficio.
No podemos, por ahora, presentar en el
Ayuntamiento los planos del edificio a levantar,
porque el arquitecto no los ha terminado todavía,
pero bastará decir al arquitecto municipal que se
quiere cercar el terreno con un valla y que, más
tarde, cuando se intente edificar, se presentarán
los planos. En cuanto a dicha valla, puede usted
hacer el plano y fijar una altura media y,
presentando el planito de la misma, creo que el
arquitecto firmará la alineación de la fachada,
como es necesario antes de firmar la escritura de
compra-venta, en la que debe figurar dicha línea,
lo mismo que la del campo.
En cuanto al acto de deferencia que me parecía
debía hacerse al señor Vicario General, me atengo
a su consejo.
Mándeme, pues, su conformidad, en la que tengo
puesta mi confianza y yo en (**Es5.34**))
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