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Entre tanto, don Bosco tenía la gran
satisfacción de recibir la facultad solicitada a
la Santa Sede para bendecir, durante tres años,
crucifijos y medallas con aplicación de
indulgencia plenaria en peligro de muerte, y
rosarios, con aplicación de las indulgencias
llamadas las de Santa Brígida. 1
1 Dilecte fili, salutem et apostolicam
benedictionem.
Quae ad religionem fovendam animarumque salutem
procurandam fieri possunt, ea libenti animo
concedere solemus. Jam vero cum nuper Nobis
exponendum curaveris, Te, ad Passionis et Agoniae
Redemptoris et D.N.J.Ch. unde nobis vita, salus et
resurrectio manavit, memoriam in omnium Christi
fidelium animis excitandam, nec non cultum et
venerationem B.M.V.I., ab ipso Catholicae
Ecclesiae oxordio ubique gentium semper exhibitam,
promovendam et adjuvandam, cruces, sacra numismata
et coronas precatorias benedicere et consuetis
indulgentiis ditare vehementer cupire, atque adeo
a nobis petieris ut hanc tibi facultatem de
Apostolica benignitate concedere dignaremur; Nos
piis hujusmodi votis annuendum censuimus. Igitur
de Omnipotentis Dei misericordia ac B.B. Petri et
Pauli Apostolorum ejus auctoritate confisi, tibi
et deiceps ad TRIENNIUM proximum tantum, dummodo
ad excipiendas sacramentales Christi fidelium
confesiones sis approbatus, extra urbem ac de
consensu Ordinarii tui (quem nisi obtinueris has
litteras nullas volumus) cruces et sacra numismata
cum applicatione indulgentiae plenariae in mortis
articulo consequendae, nec non coronas precatorias
cum applicatione indulgentiarum S. Birgittae
nuncupatae, privatim in forma Ecclesiae consueta
benedicere possis et valeas auctoritate Apostolica
tenore praesentium, concedimus et indulgemus. In
contrarium facientibus non obstantibus
quibuscumque.
Datum Romae apud S. Petrum sub Annulo
Piscatoris die XXII februarii MDCCCL VI,
Pontificatus Nostri anno Decimo.
Pro Domino
Cardinali Macchi
G.B.
BRANCALEONI CASTELLANI Subs.
PIO PAPA IX
Amado hijo, salud y bendición apostólica.
Solemos conceder de buen grado cuanto pueda
servir para el fomento de la religión y ayuda a la
salvación de las almas. Ahora bien, habiéndonos
expuesto tú recientemente que con el fin de avivar
en todos los fieles cristianos la memoria de la
Pasión y de la Agonía del Redentor y Señor nuestro
Jesucristo, de donde nos vino la vida, la
salvación y la resurrección, así como para
promover y aumentar la veneración a la
Bienaventurada Virgen María Inmaculada, puesta de
manifiesto desde los comienzos mismos de la
Iglesia y en todas partes, deseas ardientemente
poder bendecir y enriquecer con las indulgencias
acostumbradas, cruces, medallas y rosarios, hasta
tal punto que ruegas que nos dignemos concederte
benignamente esta facultad, Nos hemos juzgado que
debíamos acceder a estos piadosos deseos. Así
pues, confiando en la misericordia de Dios y en la
autoridad de los bienaventurados Apóstoles Pedro y
Pablo, te concedemos a ti y por un trienio
solamente, que privadamente y en la forma
acostumbrada por la Iglesia, puedas bendecir con
autoridad apostólica, y a tenor de las presentes
letras, cruces, medallas con indulgencia plenaria
<> (en el momento de la
muerte), como también los así llamados rosarios de
Santa Brígida, con tal de que estés aprobado para
oír confesiones, lo hagas fuera de Roma y con el
consentimiento de tu Ordinario (que si no lo
obtuvieres, es voluntad nuestra dejar sin efecto
este escrito).
No habiendo nada en contrario.
Dado en Roma, junto a San Pedro, bajo el Anillo
del Pescador, el día 22 de febrero del año 1856,
décimo de nuestro Pontificado.
Por el Sr. Cardenal
Macchi
J.B. BRANCALEONI
CASTELLANI, Subst.
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