((**Es5.28**)
Y sigue describiendo, en páginas admirables,
los atractivos de la vida del campo, la unión que,
más que en ninguna parte, reina entre los
campesinos, la paz y el amor de los hogares y su
duro trabajo tan meritorio como el de los santos
solitarios del yermo.
Les invita luego a conservar la sencillez, la
modestia, la pureza de sus antiguas costumbres: de
no ir a los cafés en los días de mercado, de no
tolerar la vanidad en el vestir en sus familias,
de no hablar sin cordura ante sus hijos y
sirvientes, sobre las autoridades civiles y
eclesiásticas.
Les ofrecía finalmente medios para conservar la
salud: -La oración -La elevación del corazón a
Dios pensando que nos ve -La santificación de los
días festivos -La frecuencia de los sacramentos
-La docilidad a los consejos y avisos del confesor
-Las piadosas lecturas, por ejemplo, de la
Historia Sagrada y la Iglesia, etc. para leer en
las veladas nocturnas.
>>Antes de comprar un libro, observaba,
aconsejaos con el párroco, para alejar ((**It5.20**)) de
vuestras casas la peste que acarrea un libro malo.
No aceptéis gratuitamente libros de personas
desconocidas, porque rondan hombres encargados de
esparcir libros entre el pueblo con la intención
de arrastrarlo a la apostasía>>.
El folleto terminaba con la siguiente
declaración:
<((**It5.21**)) durante
este segundo año que va
(**Es5.28**))
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