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de la Ley de Dios las palabras: y vivirás largos
años sobre la tierra.
Terminado su trabajo, envió el manuscrito al
canónigo Vogliotti, Rector del Seminario y
Provicario diocesano, acompañado de una carta.
((**It5.363**)) Ilmo. y
Rvdmo. Señor Rector:
Mañana enviaré al clérigo Reviglio, juntamente
con un compañero, para los servicios de San Juan.
Pida con entera libertad, que yo haré cuanto pueda
por complacerle.
He recibido las veinticuatro liras de regalo
para el jovencito Cumino. Tengo también la
satisfacción de presentar el catecismo a su
sapiente opinión y la del señor canónigo
Fantolini.
El joven Ellena entraría con gusto en el
Seminario de Chieri, mejor que en el de Génova,
pero existe la dificultad de la pensión. Es un
muchacho bueno, y su constante, regular y ejemplar
conducta hacen concebir de él las mejores
esperanzas. Si usted pudiera ayudarle, al menos
durante estos dos años, en que su hermano Ch. está
todavía en el Seminario, y disminuirle la pensión,
vestiría la sotana e iría inmediatamente adonde
usted quisiera enviarlo.
Con la expresión de mi respeto y gratitud,
quedo a su disposición en cuanto pueda servirle.
De V. S. Ilma. y Rvdma.
Seguro Servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
El canónigo Vogliotti, censor diocesano de
libros, aprobaba el 3 de diciembre de 1855, por
delegación del señor Arzobispo, el Catecismo Breve
de don Bosco, con algunas correcciones que fueron
fielmente recogidas. Tampoco esta vez admitieron
el cambio de la palabra persona por la de mujer en
el noveno mandamiento, porque no querían cambiar
la locución adoptada hacía años por la autoridad
eclesiástica.
A la par del catecismo don Bosco hacía imprimir
en la imprenta De Agostini ocho mil ejemplares de
unas oraciones en honor de la Inmaculada, en
cuatro paginitas que luego incluyó en El Joven
Cristiano. Al mismo tiempo litografiaba mil
estampas de la Inmaculada ((**It5.364**)) y
celebraba la fiesta del ocho de diciembre con toda
la solemnidad que su corazón deseaba.
La proximidad de las fiestas navideñas le
recordaba sus deberes de gratitud con los
bienhechores de sus muchachos y escribía, entre
otros, a la benemérita señora marquesa María
Fassati, que se hallaba en Borgo.
(**Es5.263**))
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