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entre ellos estaba la colección de los volúmenes
de los Bolandistas 1.
Don Bosco avisó en seguida a los dueños y se los
devolvió apenas los pidieron.
Siempre tuvo reparo en comprar bienes de los
conventos expropiados. Todo se vendía baratísimo y
podía hacerse con ello un buen negocio. Hubo quien
advirtió a don Bosco que muchos ornamentos
sagrados iban a parar a manos de los judíos, que
los empleaban para usos profanos y que, por tanto,
era conveniente rescatarlos. Don Bosco replicó:
-Son lindas y buenas razones. Veo que sería el
momento oportuno para proveer a mis iglesias de
tantos objetos como me faltan y que no sé cuando
podré adquirir. Pero pienso que, si mi casa fuera
cerrada, no querría entrar en otras iglesias y ver
en ellas lo que me hubieran quitado a mí. Me sería
muy doloroso. Creo que los mismos sentimientos de
angustía experimentarían los religiosos que me
vieran vestido con sus despojos.
Por eso tampoco quiso aceptar los conventos o
monasterios que lo mismo el Gobierno, que los
municipios y aun personas privadas le fueron
ofreciendo, ya en venta, ya como regalo. Sólo se
avino a comprarlos cuando Pío IX, a quien
manifestó su pensamiento y su repugnancia, le
dijo:
-Acepte usted los conventos cerrados. Es mi
voluntad. Es preferible que vuelvan por su medio a
la Iglesia, a que ((**It5.346**)) sigan
en manos de seglares, que sabe Dios para qué los
van a emplear. Procure, con todo, obtener las
debidas autorizaciones, solamente para obviar
complicaciones o disgustos con las Ordenes
religiosas que antes los poseían.
En medio de estos acontecimientos, el tipógrafo
Ribotta había impreso los dos folletos
correspondientes al mes de octubre. Contenían La
vida de San Martín, obispo de Tours y tres
apéndices: 1. Invocación, reliquias, culto de los
santos y su eficaz intercesión ante el Señor,
aprobada por los documentos del Antiguo y del
Nuevo Testamento, la tradición y un sinfín de
milagros; 2. La gloriosa muerte del árabe
cristiano Jerónimo, emparedado vivo en un baluarte
de Argel, porque no quiso renegar de Jesucristo;
3. Un breve comentario sobre el purgatorio, con la
doctrina de la Iglesia Católica sobre este dogma,
y cómo la misma está contenida en la Biblia.
Don Bosco era el autor de dicho libro y ya
había empezado a escribir otro, en dos entregas,
para el mes de noviembre, con el título
1 Bolandistas: Son los miembros de la sociedad
de este nombre, fundada por el P. Juan van
Bolland, para depurar los textos de las vidas de
los santos. (N. del T.)
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