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buena marcha del Oratorio, determinó no volver a
pedirle al Señor semejante penitencia.
-íEra yo un tonto!, decía a los chicos para
disimular su virtud.
Pero ellos sabían muy bien lo mucho que les
quería su buen padre, aunque se empeñase en llamar
tontería a su acto heroico de caridad.
Un día vio a un muchacho atormentado por tan
atroz dolor de muelas, que se ponía frenético.
Díjole don Bosco:
-Tranquilo; voy a rezar para que el Señor me
pase una parte de tu mal.
Respondió el muchacho que de ningún modo quería
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ver padecer a don Bosco, pero el buen superior
mantuvo la palabra. Por la tarde, después de
comer, don Bosco empezó a sentir un dolor de
muelas cada vez mayor, hasta el punto que tuvo que
llamar a su madre y decirle:
-Por favor, no me deje solo, porque tengo miedo
de echarme por la ventana. Este dolor me va a
volver loco.
Sin embargo, según su costumbre, no se
arrepintió de su sacrificio, ni quiso pedir al
Señor que le librara de aquel tormento; se atuvo a
las consecuencias de su ofrecimiento.
La buena Margarita, del todo acongojada, no
sabía qué hacer, ni qué remedio buscar. Así pasó
don Bosco una parte de la noche, hasta que el
agudo dolor se hizo tan insoportable que llamó al
joven Buzzetti y le rogó le acompañara a un
dentista. Salieron, pues, en su busca y vieron
sobre una puerta el rótulo de <>. Llamaron y se abrió la puerta pero el
chico que se presentó dijo que el Señor Camusso
estaba ya en cama.
-Llámenlo, dijo don Bosco; vean si puede
atenderme, porque sufro mucho.
-Entonces pase, contestó el muchacho; mi padre
sabe lo que es eso y se levantará con gusto.
Efectivamente, el señor Camusso se presentó.
Examinó la dentadura pero no encontró ninguna
pieza picada: todas estaban sanas. Tan sólo
aparecía tremendamente hinchada la mandíbula.
->>Qué hacer?, dijo el dentista; no me queda
más remedio que hacer como cuando fermenta el
licor en una cuba. Hagamos la prueba de sacar una
muela.
La prueba era difícil, puesto que había que
sacar una muela sana y bien unida a las demás;
pero en el estado ((**It5.15**)) en que
don Bosco se encontraba se hubiera dejado arrancar
todas. Seguro de que no(**Es5.24**))
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