((**Es5.216**)
La curiosidad de la promesa, su hablar
piamontés, su graciosa invitación y su fisonomía
no me inspiraban motivo alguno de desconfianza. Le
seguí. Me tomó de la mano, me hizo andar varias
calles y me metió en una casa. Aquello era
interminable: una habitación, un corredor, varias
salas, más galerías, más corredores; subir, bajar,
hasta que, después de caminar dos horas en la
oscuridad, me encontré en una gruta hermosamente
decorada y resplandeciente:
De momento, no advertí, al llegar, la presencia
de hombre mortal alguno; hasta creí que fuera el
alojamiento preparado para mí aquella noche. Pero
el guía me detuvo diciendo:
->>Ves a ése sentado ante aquel la mesa?
Volví hacia allí la mirada y vi un viejo
venerable sentado. ((**It5.294**)) Tenía
los cabellos blancos como la nieve, la cara algo
arrugada, pero sana, llena de vida y arrogancia;
leía atentamente un libro en cuyo lomo decía:
Experiencia, gran maestro.Al darse cuenta de
nuestra llegada, levantó lentamente la vista, y
siempre sentado, empezó a decir:
->>Qué deseo os ha traído a este lugar separado
de las moradas humanas?
El guía respondió:
-Venimos a ofrecerte nuestros obsequios y
rogarte nos reveles los destinos de la guerra y de
nuestra patria.
Y dijo el anciano:
<<-Los destinos de la guerra y de vuestra
patria sólo Dios y aquellos a quienes El se digna
revelarlos los conocen. Estad muy atentos, porque
os revelaré un poquito de lo que ya se puede
comunicar a los hombres. La guerra será larga y
encarnizada. Habrá grandes combates y se derramará
mucha sangre. Mortandad y daños serán iguales en
ambas partes, pero cantarán victoria los aliados.
El mundo tendrá paz cuando haya pasado por el
hambre, la guerra y la peste.
>>Tú, Hombre de bien, volverás a la patria.
Ella será terriblemente azotada este año por la
muerte, y como los hombres atribuirán estas
desgracias a la casualidad, sufrirán males
extremos. Habrá granizo, sequía, terremotos,
carestía, quiebras comerciales. A estos golpes de
la mano divina responderán los hombres con robos
sacrílegos, suicidios, homicidios, blasfemias e
impiedad.
>>Por eso, empeorará cada vez más el destino de
tu patria. Comunica a tus amigos, que allí se
pretende destruir el trono y la religión; temblará
el primero, pero nada podrán contra la segunda. Si
la cordura de los hombres no hace cambiar los
decretos de Dios, presenciarán cosas nunca jamás
vistas Se defenderá la religión con la cabeza y la
sangre de sus ministros y de sus fieles; muchos
prevaricarán y muchos se mantendrán firmes en la
fe hasta la muerte. Después terminará el gobierno
de los hombres y sólo Dios gobernará. Entonces los
malos preferirán no existir, pero ya no es tiempo.
Es preciso que Dios sea glorificado, los malos
castigados, y los buenos confortados. Luego vendrá
la paz universal>>.
Yo quería hablar, pero el anciano agregó:
-Calla, ((**It5.295**)) yo no
debo ser interrumpido cuando hablo; tú querías
preguntarme cuándo sucederán estas desgracias.
Sábete que ya han comenzado: algunas se
verificarán este mismo año, las otras después. Y
si los hombres siguen despreciando la ley divina,
las desgracias serán muy superiores a lo que se ha
vaticinado. El único medio para mitigarlas y
alcanzar un futuro mejor es apartarse de la
impiedad.
Mientras oía estas cosas, iba yo pensando si
soñaba o si era realidad lo que veían mis ojos y
escuchaban mis oídos; no sabía si creer o no.
Hubiera deseado hacerle alguna pregunta, pero
estaba aterrado con los desastres que predecía
para nuestros
(**Es5.216**))
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