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Entretanto don José Cafasso había accedido
buenamente a que, habiendo salido los residentes
de vacaciones, fueran expuestos los cuadros de la
rifa en un salón de San Francisco de Asís, lugar
situado en el centro de la ciudad. Ya ((**It5.271**)) se
habían vendido todas las papeletas y el día
establecido se pudo llevar a cabo el sorteo, como
se ve por la siguiente acta.
En el año del Señor 1855, a 11 de julio, en
presencia del caballero Mario Gonella, del
sacerdote Juan Bosco, miembros de la Comisión para
la Rifa en favor de los muchachos internados en la
casa aneja al Oratorio masculino de Valdocco, y en
presencia del conde Alejandro Broglia, el canónigo
José Ariccio de Carmagnola y del maestro albañil
Antonio Beglia, se efectuó el sorteo de la
mencionada rifa como sigue.
En el palacio municipal de la ciudad de Turín
se eligió un bombo; metieron en él las diez
unidades, las diez decenas, las diez centenas y
las diez unidades de millar; después introdujeron
las seis primeras cifras, porque el número de
papeletas llega sólo hasta siete mil.
Hízose luego la correspondiente extracción en
una de las salas del Oratorio, según las normas
establecidas por la Delegación General de Hacienda
y de acuerdo con el plan del reglamento.
Teól. Can. JOSE
ARICCIO
ANTONIO BEGLIA
Cab. MARIO
GONELLA
Don Bosco se apresuraba a comunicar a los
bienhechores el sorteo efectuado con la siguiente
circular.
Turín, 16 de julio de 1855
Ilmo. y Benemérito Señor:
Me apresuro a enviar a V. S. Ilma. la lista de
los números premiados en la rifa recomendada a su
caridad, para que pueda enterarse cómodamente de
si ha sido favorecido con la suerte alguno de sus
números.
Sé muy bien que en esto no ha entrado para nada
el interés, sino sólo la obra caritativa de ayudar
a estos pobres ((**It5.272**))
muchachos confiados en cierto modo por la Divina
Providencia a mis cuidados y éste es un doble
motivo para agradecérselo de todo corazón.
Ahora bien, mientras le aseguro que siempre
tendremos con usted una reconocida gratitud,
ruégole continúe dispensándonos favor y caridad en
sus obras de beneficencia. Y puesto que no podemos
demostrarle nuestro agradecimiento de otra manera,
yo, mi colega el sacerdote don Víctor Alasonatti y
todos los hijos del Oratorio, no dejaremos de
encomendarle al Señor, a fin de que le colme de
sus celestes bendiciones, mientras con todo mi
aprecio me declaro,
De V.S. Ilma. y Benemérita.
Seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
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